One~Shot's [Rosé x BTS]

One~Shot 17.

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Recargo su mejilla sobre la palma de su mano mirando fijamente a la pared frente a ella.

Ese día había comenzado horriblemente, tanto tiempo planeandolo para que al final nada resultará como había deseado, tenía tantas ganas de llorar.

Pero por supuesto que no lo haría, y no por orgullo, pues lo poco que quedaba en ella lo había perdido hace un tiempo. Más bien no quería llorar frente a ella, su mejor amiga, esa chica se burlaría por un buen rato si la veía tan vulnerable.

Así que se tragaría sus lágrimas y las reemplazaría por una enorme y horrible mueca a modo de sonrisa.

— ¿En serio?.— la chica frente a ella la miro aburrida por su exagerado comportamiento.— ¿Estarás triste todo el día solo por él?.— giro los ojos fastidiada por la pelinaranja.

— Tú no lo entiendes.— reprimió un grito de frustración.— Él es especial, lo presiento.— aseguro mientras picaba la fruta que estaba sobre su bandeja.

— Eso dices de todos.— la miro con una ceja alzada.— Todos son especiales para ti.— alzó ambos hombros probando su ensalada.

— ¿Al menos tienes sentimientos?.— murmuró con los ojos entrecerrados mirando a la pelinegra.

— Los tengo.— asintió con la cabeza.— Solo que no suelo usarlos a menudo.— mostró una pequeña sonrisa burlona.

La pelinaranja negó con la cabeza ante las palabras de su mejor amiga, a veces dudaba si ella tenía al menos corazón.

Llevo su vista a un costado, específicamente a la entrada de la cafetería donde ingresaban dos hombres, uno castaño y él otro pelinegro.

No pudo reprimir aquel suspiro al verlo a él, tan cerca pero a la vez tan lejos. Tan inalcanzable para ella.

— ¿Podrías al menos disimular un poco tu obsesión?.— le regaño una vez vio hacia donde veía.— Pareces una maldita acosadora.— susurro bajo cuando ambos hombres pasaron cerca de donde estaban.

— No puedo evitarlo.— lloriqueo.— Me gusta, Jisoo.— mordió su labio inferior mirando hacia los dos hombres.

— Es lindo, no lo niego.— asintió la pelinegra.— Pero es mayor que tú Rosie, no creo que se fije en ti.— miro con pena a su amiga.

— ¿Y me lo tienes que decir tú?.— la miro con el ceño fruncido.— ¿Que me dices del profesor NamJoon?.— mostró una pequeña sonrisa una vez su amiga desvió la mirada.

— Es distinto.— fue lo único que murmuró.

— Por supuesto que es distinto, él profesor NamJoon es casado y él es soltero.— miro al pelinegro.

La campana sonó indicando el final del receso, ambas chicas se levantaron junto con sus bandejas para dejarlas sobre la pequeña barra que estaba a unos metros de ellas.

Con una última mirada hacia ambos hombres las dos salieron del comedor para continuar con sus clases.

Al día siguiente..