One~Shot's [Rosé x BTS]

One~Shot 16.

Continuación del One~Shot 13.

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Estiró su cuerpo una vez estuvo despierto, apagó la alarma que sonaba desde su celular y retiro las sábanas que cubrían su cuerpo de la brisa mañanera.

Se sentó sobre la cama listo para calzarse sus pantuflas, solo que se quedó mirandolas por unos largos minutos.

¿Era tan necesario levantarse? ¿Que tan necesario era asistir a la escuela? ¿Podría fingir estar enfermo?.

— ¡Se te hace tarde Taehyung!.

No, no podría pasarse por enfermo, su madre descubriría su pequeña mentira piadosa.

Soltó un suspiro y calzo las pantuflas para dirigirse al baño a hacer su rutina mientras frotaba uno de sus ojos con bastante pereza.

Después de treinta minutos ya estaba cambiado y listo para asistir a la escuela. Bajo con su mochila en mano directo a la cocina donde ya lo esperaba un gran plato de huevos revueltos y tocino, una porción de fruta y un delicioso jugo recién exprimido.

— Buenos días, mamá.— beso la mejilla de su madre para después tomar asiento frente a su desayuno.

— ¿Tienes todo listo, cariño?— pregunto suave mostrando una sonrisa.

Taehyung solo asintió bebiendo un poco del rico jugo, probó el tocino que crujió dentro de su boca. Adoraba los desayunos de su madre.

— Recuerda que el fin de semana tienes una fiesta pendiente.— informó la señora Kim mientras lavaba los trastes que había utilizado para cocinar.

Taehyung resopló girando los ojos, odiaba tener que estar encerrado el fin de semana.

Hace poco había sido su cumpleaños por ende su madre había organizado una pequeña celebración dónde asistirían sus familiares que ni él conocía.

— ¿Es muy necesario eso?.— intento persuadir a su madre.— Sabes que no me gusta este tipo de eventos.— tomo un trozo de melón para llevarlo a su boca.

— Ya hemos hablado de esto Tae.— murmuró su madre cansada de escuchar las mismas quejas cada año.— Ya te deje disfrutar junto a tus amigos, es mi turno de querer consentirte.— pellizco leve su mejilla.

Taehyung hizo una mueca no muy convencido, pero no siguió insistiendo. Sabía que nada haría cambiar de opinión a su madre y él no encontraría algún buen pretexto para liberarse de esa aburrida reunión.

Terminó rápidamente su desayuno y corrió escaleras arriba para lavar sus dientes y dar unos últimos toques a su vestimenta.

Bajo y tomando su mochila se despidió con un sonoro beso sobre la mejilla de su madre y salió de casa directo a la parada del autobús.

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Bajo del autobús y a paso perezoso se adentro al enorme plantel frente a él. Andaba por los largos y blancos pasillos chocando accidentalmente con uno que otro alumno.

Una vez estuvo frente a su salón ingreso a este y camino directo a su banca de siempre dejando caer todo su cuerpo para cerrar los ojos y esperar a que llegara él profesor asignado para su primer clase.