Enero 1999

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—¿Rosa pálido?, ¿o mejor un azul intenso?

—Ni el uno ni el otro— respondí —¡No me gusta el esmalte de uñas!

«¡Y mucho menos el azul!».

Vanessa suspiró.

—Como quieras. Pero ponte por lo menos pintaúñas transparente. Si no, no será realmente un fin de semana de belleza.

—Nessa, por favor. Me he puesto un tratamiento completo en el pelo, una mascarilla facial y me he hecho la manicura. Ahora mismo soy probablemente la persona más guapa de la tierra.

«¡Conozco a alguien todavía más guapo!».

Por Dios..., pero ¿es que no da nunca tregua esta vocecita odiosa?

Con sumisión, le tendí la mano a mi amiga. Llamaron a la puerta y mi madre entró en la habitación.

—Jessica, ha llegado un paquete para ti.

Me quedé mirando con desconcierto el envío, del tamaño de una caja de zapatos.

—Pero si yo no he comprado nada...

—Tal vez es alguna entrega pendiente— Me lo dio. Me soplé las uñas recién pintadas.

—Ahora lo abro, déjalo ahí.

—La comida estará lista en media hora— avisó al salir.

—¿De quién será? Haz el favor de abrirlo rápido, Nessa.

Vanessa agarró la lima de uñas y no paró hasta romper la cinta adhesiva que precintaba el paquete. De la caja sacó otra envuelta en papel.

—Es un aparato de radio. Oh, Dios mío. ¡Es un Midland Alan de ochenta canales! —añadió con asombro—. Qué locura. ¿Tú te puedes permitir esto?

—¡Por supuesto que no! —Pensé en la baratísima radio TM que Nessa y yo habíamos utilizado hasta el momento —Tiene que tratarse de un error.

—Viene con una nota.

—Dame— Le arranqué el papel de la mano. Mientras desdoblaba el papel tuve una corazonada.

—Es de Danny— confirmé.

—¿Qué dice? ¿Acaso es un regalo? ¿Pero no os habíais peleado?— Vanessa no paraba de balancearse, nerviosa—¡Jess, contéstame!

—Me pide perdón— Volví a leer la carta. El corazón me latía con fuerza—. Y me manda un poema que no entiendo.

—¿Qué dice?

Leí en voz alta las palabras escritas sobre papel rayado.

Jessica:

Quería disculparme por mi comportamiento de aquel domingo por la mañana. No estuvo bien, perdóname.
Creo que aquella noche malinterpretaste muchas cosas, demasiadas. Lo siento de verdad y te quería regalar algo para compensarte, o simplemente porque me gustas. Sin embargo, tenemos que seguir caminos separados, lo nuestro no funcionaría nunca. Ves algo en mí que yo no soy. Lo siento.
Danny.

Pain is a feeling

Cold moment at the pond
No one is watching
The flight of a knife
The death of a snake
I know the sea of lies
When the dogs bark
No one is listening
I am the bird of death
The death-bringing bird of the night.

—Se disculpa por su comportamiento, esto está bien—

Vanessa asentía con la cabeza, pensativa. Sí, al cabo de no sé cuántas semanas, cuando ya me había hecho a la idea de no volver a verlo nunca más. Magnífico.

Tan cerca del horizonte © [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora