Erika Blumhardt miró el reloj con inquietud. Le quedaba una única visita por delante, una pareja joven que había pedido cita a mediados del mes pasado. De repente se arrepintió de haberles admitido. A pesar de que todavía faltaba un cuarto de hora para la hora fijada, no podía dejar de mirar el aparcamiento desde la ventana de su despacho. Se sorprendió a sí misma balanceándosede un pie al otro, nerviosa. ¿Por qué no aparecían todavía? ¿Por qué llegaban todos siempre en el último momento?.
Últimamente se enfadaba por motivos cada vez más banales. Sobre todo por cosas que tenían a ver con su trabajo. Llevaba casi quince años en los servicios sociales y diez en el área de asesoramiento sobre el sida. Antes no solía enfadarse nunca, no le ponían furiosa las personas que acudían a ella buscando ayuda. Se sentía mal por su cambio de actitud, pero no lo podía evitar.
Quienes acudían a la consulta eran tan inconscientes que no solo jugaban con su propia vida —lo que, en principio, le daba absolutamente igual— sino también con la de las personas que tenían a su alrededor. Era como jugar a la ruleta rusa, solo que los afectados ni siquiera sabían que formaban parte de este juego inmoral.Antes nunca lo había visto de ese modo. Al principio solo sentía lástima por sus pacientes —tal y como ella llamaba a sus asistidos— pero hoy, mientras un hombre seropositivo le contaba que se había acostado sin protección con la mujer que tenía sentada a su lado llorando desesperadamente, sin haberle dicho nada sobre su problema, solo podía pensar en su hija. Y venía a preguntarle si todavía se podía hacer algo. En efecto, todavía se podía hacer algo, y lo que más le apetecía hacer en estos casos era echarles una buena bronca y decirles que primero pusieran el cerebro en funcionamiento y después se dejaran llevar por sus impulsos. Solo pensar que Yasemine pudiera ir a para a manos de un tipo así la hacía enloquecer.
El nacimiento de su hija había cambiado unas cuantas cosas. Todo, en realidad. Ella había cambiado. Sabía que no era correcto acudir al trabajo con su nueva actitud y se propuso otra vez hablar con su superior, aclarar las cosas y pedir un cambio de puesto. No podía continuar así. Ya estaba enfadada con sus próximos pacientes, a pesar de que todavía no llegaban con retraso. Quería irse con Yasemine. ¿Y si telefoneaba un momento a la niñera? Alguien llamó a la puerta y la arrancó de sus pensamientos.
Atravesó la habitación con pasos rápidos y abrió.
—Erika Blumhardt— se presentó, tendiéndole la mano al joven en primer lugar. Era alto, rubio y extraordinariamente atractivo. El azul oscuro de sus ojos la fascinó y lo miró durante unos instantes más de lo apropiado. No había entendido su nombre.
Rápidamente se dirigió hacia la muchacha, repitió su nombre y también le estrechó la mano. Ella era más bien poco llamativa, delgada, con grandes ojos marrones y el rostro pálido. Su pelo castaño estaba un poco enmarañado y le recordaba el viejo poni que había tenido de pequeña. Se presentó con el nombre de Jessica.
—Vengan conmigo, nos sentaremos a la mesa del fondo.
Los dos la siguieron y ella les indicó que tomaran asiento.
«¡Es la mujer!». Desde que trabajaba aquí, jugaba a adivinar. Apostaba con ella misma sobre quién era el afectado. Casi siempre acertaba, y en este caso era fácil.
—¿Qué puedo hacer por ustedes?— preguntó con amabilidad, mirando disimuladamente su documentación para enterarse del nombre del muchacho: Danijel Taylor.
—Solo queríamos información sobre la enfermedad, sobre el contagio y todo eso— respondió la muchacha.
Parecía nerviosa. Su compañero, en cambio, estaba sentado con mucha calma, con los brazos cruzados delante del pecho. Parecía no querer estar allí. Seguramente le incomodaba la situación, a los acompañantes les pasaba a menudo.
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Tan cerca del horizonte © [#1]
Teen FictionJessica es joven, disfruta de una vida sin complicaciones y tiene por delante un futuro prometedor. Entonces, una noche, conoce a Danny, un chico de veinte años que tiene todo lo que ella sueña: buena presencia, éxito, independencia y dinero. La...