Capítulo 21

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No supo cuánto tiempo estuvo inconsciente ni donde estaba. Al abrir los ojos su visión era borrosa y le dolía todo el cuerpo, sobre todo la cabeza y las costillas. Intentó incorporarse pero apenas se pudo mover. Apenas volvió a levantar la vista vio como una figura se acercaba a él, poco a poco su visión fue más nítida hasta que vio a una joven. Un joven muy hermosa, de pelo anaranjado, tez clara y portaba un vestido dorado. Sobre sus manos portaba un tazón.

- Bebed, esto os ayudará- dijo la joven.

Acercó el cuenco a sus agrietados labios y este bebió, pues su garganta estaba seca. Al poco tras beber volvió a quedarse dormido. Cuando volvió a despertar pudo ver que se encontraba en una cueva, podía escuchar y oler el mar.

- Veo que os habéis despertado- dijo la joven acercándose.

- Cuanto tiempo llevo dormido?- preguntó

- Varias semanas. - le dijo la joven.

- Dónde estoy?- preguntó

- En mi casa- le respondió- Os encontré en la playa más muerto que vivo y os traje aquí

- Vivís en una cueva?- le preguntó

- Desde que los hijos del hierro atacaron y destruyeron mi aldea. – dijo la joven.

- Lo lamento.- dijo sinceramente.

- Gracias- le respondió.

- Y porque no habéis huido?- le preguntó el anciano

- Y a dónde voy a huir, este es mi tierra, mi hogar. Aquí nací y aquí moriré.- dijo la joven

Davos se quedó observando a la joven unos instantes, por su apariencia no era dorniense y eso en cierto grado le preocupaba, pues tal vez era una trampa.

- No tenéis pinta de dorniense- le dijo finalmente tras observarla.

- Mi padre era dorniense, mi madre de Lys.- le respondió sin inmutarse

- Cuanto me podré levantar?- le preguntó

- Armaos de paciencia. Vuestra recuperación será larga.

- De acuerdo

- Entonces os preguntaré yo. Como os llamáis amigo?- le preguntó la joven

- Davos no respondió.

- No respondéis? os he salvado la vida. No os fiais de mí?

- Davos no respondió pero su mirada reflejaba que había acertado de lleno.

- Empiezo yo. Me llamo Kenys y vos- dijo Kenys

- Davos- le respondió

- Decidme Davos, que os ha ocurrido?- preguntó Kenys mientras le pasaba un tazón con comida

- Soy comerciante, mi barco fue asaltado por los hijos del hierro.- dijo Davos, Kenys al instante supo que estaba mintiendo pero muy pocos se hubieran dado cuenta de ello.

- Tenéis suerte de estar vivo- dijo Kenys.

- Eso parece.- dijo Davos.

- Pero no os preocupéis, pronto todo acabará. No hay nada, ni nadie, que pueda vencer al dragón. – dijo Kenys sonriendo.

Davos le devolvió la sonrisa y siguió comiendo. Las palabras de Kenys le parecieron correctas a ser Davos en todo momento, pero él no conocía la verdad. Él no sabía en realidad de que dragón estaban hablando. Los minutos se hicieron horas, las horas en días y los días se fueron convirtiendo en semanas. Poco a poco, Kenys fue ganándose la confianza de Davos, aunque este nunca le revelase toda la verdad o eso pensaba él. Pues mientras dormía Kenys leía su mente descubriendo todo. Y la comida que le ofrecía le ayudaba a tener menos resistencia por la parte del viejo caballero. Con el tiempo Kenys supo perfectamente quien era y todo lo que sabía, en realidad ya no le hacía falta. Pero no podía matarlo, él era el hombre que dirigía la armada que destruía a los Greyjoy, su visión debía cumplirse pues todo llegaba al mismo lugar, a Aegon sentando en el trono de hierro. Y ella se encargaría de que así fuese. No podía arriesgarse a cambiar sus visiones.



P.D: sé que es un capítulo cortito, lo entiendo, pero también sé que os alegraréis de volver a ver al personaje.

Cielo y Mar- Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora