Capítulo 24

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Desde la llegada de la pequeña la vida de Alanna era perfecta. Tenía todo lo que siempre quiso, un hombre que la amase y a quien poder amar y ahora una hija. No había momento que se separase de la pequeña. Los días eran felices sin embargo no sabía que rápido iba a cambiar todo. Ambas se encontraban en su estancia, Alton hacia horas que había salido y ahora se terminaba de dormir la pequeña. Estaba recostando a la pequeña en su cuna cuando escuchó la puerta de su habitación abrirse. Esperaba que fuese su esposo pero al darse la vuelta su cara de alegría cambio a una de miedo al ver que se trataba del padre de este.

- Victarion- dijo Alanna.

- Majestad para ti- dijo Victarion.

- Majestad, que hacéis aquí?- preguntó Alanna.

- No tengo porque darte explicaciones pero lo haré. Me he cansado de lo que le estas haciendo a mi hijo.- dijo Victarion.

- Yo amo a vuestro hijo y él a mí, ahora somos una familia.- dijo Alanna haciendo referencia a la pequeña que dormía en su cuna.

- Has vuelto a mi hijo débil y eso no voy a permitírtelo. Mi heredero no puede ser débil. Mereces un castigo. Quítate la ropa.- dijo Victarion

- Los ojos de Alanna se llenaron de lágrimas- ¿Va.. vais a violarme?- dijo Alanna.

- Veo que sois inteligente- dijo Victarion.

- No podéis.- dijo Alanna con miedo.

- Y que me impide no hacerlo.- dijo Victarion sonriendo.

- Soy la esposa de vuestro hijo.- respondió Alanna.

- Por eso mismo lo haré. Quítate la ropa.- dijo Victarion

Alanna empezó a temblar al ver como Victarion se acercaba a ella sonriendo, con sus ásperas mano desgarro su vestido y lo dejo caer al suelo dejándola desnuda. El sonido de la seda desgarrándose le hizo llevar instintivamente sus manos a sus pechos para cubrirlos. Victarion apartó las manos de Alanna y bajó un poco la cabeza para recorrer con la mirada su cuerpo, a la vez que llevaba una mano a uno de sus pechos para acariciarlos por unos segundos. La mano áspera del Greyjoy sobre su pecho le hizo estremecerse y soltar unas lágrimas en silencio mientras deseaba que aquella tortura terminara.

- Ve hacia la cama, o mejor resístete así podré arrastrarte a la fuerza- dijo Victarion.

El miedo paralizó a Alanna así que Victarion le dio un puñetazo haciendo que cayese al suelo, rompiéndole el labio, luego la agarró del pelo y la llevó con fuerza, arrastrándola hasta la cama. La lanzó contra la cama, y luego la agarró del hombro para luego empujarla boca abajo contra la cama, colocándola de espaldas a sí. La sujetaba por la cintura con una mano, mientras que con la otra se bajó el pantalón de la forma más rápida que pudo. Empezó a embestirla sin piedad, sin importarle el dolor que le causaba. Sentía placer de escuchar sus gritos ahogados y ver las lágrimas como caían por sus mejillas. Los gritos de dolor hicieron que la pequeña despertase y empezase a llorar. Al terminar Victarion simplemente dijo.

- Cuando todo esto acabe, mataré a la pequeña y te montaré hasta que me canse. Luego te entregaré a mis hombres. Y mi hijo por fin será libre de ti- dijo Victarion mientras se subía los pantalones.

Alanna completamente traumatizada se vistió, e intentó calmar a la pequeña en silencio. Al pasar las horas Alton regresó a su habitación, la encontró sentada, mirando hacia la pared. Este la saludo pero no recibió respuesta, al acercarse vio que tenía el labio partido y parte del rostro amoratado. Alton rápidamente fue a su lado y cuando intentó tocarla apartó el rostro con fuerza. Alton vio cómo su rostro estaba lleno de miedo.

Cielo y Mar- Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora