Capítulo 2

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Tras la coronación de Daenerys y la marcha de las grandes casas de la ciudad los herederos de la Casa Targaryen no se quedaron quietos. Jon y Daenerys marcharon a Rocadragón. Y esa misma noche, en el septo de la Fortaleza, donde las figuras de los dioses están talladas en la madera de los mástiles de los barcos que trajeron a los Targaryen desde Valyria se celebró la unión de ambos dragones. Se arrodillaron justo en el lugar donde Aegon el Conquistador se arrodilló para rezar la noche antes de emprender la conquista de los Siete Reinos y dijeron sus votos.

A su regresó Daenerys coronó a su esposo como Jon Nieve, Rey Consorte de los Siete Reinos y Protector del Reino. También le entregó la propiedad de Rocadragón hasta que Aerys tuviese la edad suficiente para gestionarla. Los días pasaron y el orden se mantuvo en los Siete Reinos, la gente aceptaba el cambio de monarca y dinastía. Para aumentar la alegría de los reyes, a las pocas semanas de reinado se descubrió el embarazo de la reina. Según un estudio del maestre Sam, fue concebido antes de la toma de Desembarco del Rey.

Los meses pasaron y el vientre de Daenerys empezó a crecer. Jon y Daenerys se encontraban en una de las salas de entrenamiento que había dentro del castillo junto a Aerys y Joramun, ambos estaban entrenando con espadas de madera y escudos de hierro. Jon les enseñaba mientras Daenerys les observaba sentada.

- Aerys no repitas el mismo movimiento dos veces o tu contrincante podrá leer tus movimientos y anticiparse a ellos, eres predecible. Joramun no expongas tu flanco, levanta el escudo y usa tu fuerza contra él.- dijo Jon.

En ese momento se abrió la puerta de la sala y entró Davos Seaworth, nueva mano del rey, su rostro mostraba seriedad. Jon se giró y al verle hizo que los pequeños parasen de entrenar.

- Por ahora ha sido suficiente, seguiremos esta tarde- dijo Jon y los niños aceptaron a regañadientes.

- Ha vuelto a ocurrir- dijo Davos.

- Jon se acercó y ayudó a levantarse a Daenerys.

- Ya nos están esperando en la Sala Consejo Privado.- dijo Davos.

Cuando llegaron a la Sala del Consejo se encontraron a los miembros esperando a sus reyes: Davos Seaworth Mano de la Reina, Gusano Gris Consejero de la Guerra, Brienne de Tarth Comandante de la Guardia Real, Sam Tarly Gran Maestre, Noho Dimittis Consejero de la Moneda, Marei Consejera de los Rumores y Kinvara Consejera de la Fe y los Edictos. Todos se levantaron e hicieron una alabanza al unísono, cuando Jon y Daenerys se sentaron presidiendo la mesa hicieron lo mismo los demás.

- Cuantas aldeas llevamos ya?- preguntó Daenerys.

- Una docena a lo largo de los Siete Reinos, la noticia pronto se extenderá - dijo Davos.

- Alguien tiene que haber visto algo, no se puede profanar doce cementerios y no ver nada.- dijo Daenerys.

- Los habitantes aseguran no haber visto ni oído nada, cuando se levantaron las tumbas estaban vacías- dijo Marei.

- Y hay más, Podrick partió con cincuenta jinetes a una aldea fronteriza en el Sur, cuando llegó dijo que no había ningún rastro de lucha pero que todos habían desaparecido.- dijo Brienne.

- Y las tumbas?- preguntó Jon.

- Igual que en los demás pueblos majestad- le respondió Brienne.

- Kinvara, tú qué opinas?- preguntó Daenerys.

- Si los muertos se levantan de sus tumbas solo significa una cosa. Ha regresado- dijo Kinvara.

- Bran está muerto, todos lo vimos- dijo Jon.

- El enemigo se reagrupa, cuando esté listo atacará- dijo Kinvara.

Cielo y Mar- Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora