Capítulo 23

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Desde que se despidió de su hermana en el Norte, Jon cabalgó sin descanso hasta llegar a la capital. No buscó refugio en ningún castillo o posada del camino porque el tiempo les apremiaba. Debían recuperar a su hija. Solo se detenían para que los caballos pudiesen descansar porque sino morirían en el trayecto. Recorrió el camino desde el Norte hasta Desembarco en la mitad de tiempo.

Al llegar a la Fortaleza lo primero que descubrió fue la muerte de Davos. Se prometió que una vez recuperará a su hija lloraría su muerte pero ahora mismo no podía darse ese lujo. Entrego el libro Sam y empezó a leer e investigar. Como esas aguas eran desconocidas para cualquier navegante de los Siete Reinos su consejo en este momento no hubiese aportado ninguna ayuda. Así que mientras Sam investigaba Jon hizo lo único que podía hacer en esos momentos, pasar su tiempo con su mujer y su hijo. Pues hacia tiempo que no estaban juntos.

A la mañana siguiente, un sirviente entro en la estancia real para despertar a Jon, Daenerys y Aerys. Habían dormido los tres juntos. Dejaron en la cama descansando mientras ellos iban a la cámara del consejo privado. Allí Sam se encontraba hablando con el resto de consejeros. Al entrar Jon vio a un hombre que no conocía en absoluto.

- Y vos sois?- preguntó

- Declan Seatworth- le respondió.

- Es el hijo de Davos, cuando supo de su muerte vino a la ciudad a prestarnos servicio.

- Lamento la muerte de tu padre. Era un gran hombre y un buen amigo.Le haremos justicia.

- No quiero justicia majestad. Quiero venganza- le dijo Declan.

- Bien empezamos?- dijo Sam pidiendo que tomasen asiento.

Gracias al libro obtenido por Jon Sam pudo descubrir mucho sobre esas aguas y sobre esa isla. Y con el resto de mapas del mundo conocido pudo calcular la ubicación prácticamente exacta de la isla donde Victarion Greyjoy se escondía con su hija.

- Gracias a Sam sabemos donde se esconden. Ahora debemos prepararnos. Para empezar quien dirigirá la armada- preguntó Jon.

En ese momento se abrió la puerta del consejo y la cruzó un muerto, o eso pensaba la gente.

-Yo dirigiré la armada- dijo Davos entrando en la sala.

- Padre- dijo Declan sorprendido mientras se levantaba y se acercaba a ver a su padre.

- Declan, que haces aquí- preguntó Davos una vez se separó del abrazo de su padre.

- Recibí un mensaje de la reina. Pensaba..- dijo Declan

- Creíamos que habíais muerto. Nos alegramos habernos equivocado- dijo Daenerys.

- Yo también lo creí, por suerte una joven me encontró en la costa dorniense, me sacó del agua y me curó.- dijo Davos ocupando su sitio en el consejo.

- Cuando esto acabe la buscaremos y le ofreceremos lo que quiera. Hemos establecido la ruta, hemos recuperado al mejor de los navegantes, es la hora de reunir a las fuerzas.- dijo Daenerys.

Esa misma noche en la sala del trono Daenerys reunió a todos los nobles y caballeros de la ciudad. Escribió y envió cartas a cada fortaleza y aldea de los Siete Reinos. Envió cuervos y envió jinetes, con los caballos más veloces, para que difundieran el mensaje lo más rápido posible.

- Yo, Daenerys Targaryen, reina de Poniente, diré a las gentes de mis reinos esta cosa. Sepan que cuantos esta carta lean  advertidos del peligro que se cierne sobre estos reinos y mi propia hija. Convoco al servicio de las armas a mis vasallos, a todos los nobles de todas las casas, caballeros, hombres buenos para la defensa de estos reinos.

Esa misma noche Daenerys le mostró la armadura que los herreros de Desembarco del Rey le estaban haciendo a Drogon. Jon jamás había visto una cosa así.

- Cuando este terminada podremos hacer frente al dragón marino- dijo Daenerys.

- Dragón marino?- dijo Jon.

-Eso dice Sam- le respondió Daenerys.

- Podrás vencerle?- le preguntó Jon a Daenerys.

- No lo sé. Pero tal vez no tengamos que hacerlo. la primera vez que lo vi escuché el sonido de un cuerno, ser Davos lo ha corroborado. Ese cuerno lo tiene Victarion y es el instrumento por el cual controla la bestia. Si le arrebatamos el cuerno podremos hacer que la bestia vuelva a las profundidades.- dijo Daenerys.

- Así que mientras tú te enfrentas al dragón marino....- dijo Jon

- Tú tendrás que matar a Victarion, recuperar el cuerno y soplarlo.- dijo Daenerys.

Una veintena después informaron a la reina que debía ver lo que estaba ocurriendo. Al salir al balcón de su estancia pudo ver como las Siete Grandes Puertas de la ciudad estaban abiertas. Por cada una entraba un ejército portando su blasón. Jon acudió a su lado.

-  Hombres, y mas hombres allí,- decía Daenerys al verlos entrar en la ciudad- han respondido a la llamada, las espadas de Poniente ya vienen, son las espadas de los Siete Reinos, la espadas de Poniente.

Cielo y Mar- Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora