La lluvia caía con fuerza, los truenos iluminaban el cielo nocturno, el viento movía y arrancaba los árboles secos de esa tierra seca y muerta y las olas parecían que lo iban a inundar todo. Dentro del castillo medio en ruinas, sentado en una antigua silla de madera trabajada y grabada se encontraba un hombre joven observando las llamas de la chimenea crepitar. En ese momento se abrió la puerta que había a sus espaldas, un fuerte chirrido se escuchó hasta que volvió a cerrarse la puerta. Aquel que observaba las llamas ni siquiera se inmuto, ni se volteó a ver de quien se trataba. La persona que entró se quitó el manto completamente empapado dejándolo sobre una mesa y se sentó al lado del fuego. Aquel que se sentó era bastante más mayor que el primero.
- Menuda tormenta- dijo el recién llegado extendiendo las manos para calentárselas con el calor del fuego.
- Victarion ha recibido el mensaje?- preguntó el primero.
- Así es majestad- le respondió.
- Ha habido algún problema?
- Alguna amenaza vacía debido a la ebriedad. Le he recordado cuál es su lugar y porque está aquí.
- Bien hecho- le respondió el primero.
- Pero me pregunto porque no habéis ido en persona.
- Aún no es el momento para que aparezca, solo actuaré si Victarion fracasa.
- Es cierto que siente más miedo hacia vos que hacia la reina Daenerys, pero no creéis que confiáis en demasía en él?
- Precisamente porque me teme no querrá fallar, conoce las consecuencias.- en ese momento extendió la mano apoyándola en el hombro del hombre mayor- Confiad en mí, confiad en todo lo que me enseñasteis.
- Lo hago ciegamente, bien lo sabéis. Os quiero como un hijo y os sirvo como el más humilde y leal de los siervos.
- Lo sé, sois un hombre de palabra, de honor. Y como un padre para mí.
En ese momento se volvió a abrir la puerta y entró una mujer joven y muy hermosa, vestida de rojo, tras ella había también dos hombres vestidos de rojo y con los labios azules. Aunque la tormenta no había cesado ellos estaban completamente secos, hasta la suela de sus zapatos.
- Lady Kenys- dijo el anciano.
- Mi señor- le respondió inclinando la sonrisa y con una amplia sonrisa- Majestad- dijo poniéndose de rodillas.
- Por vuestra sonrisa veo que lo habéis logrado.- dijo el joven
- Este era vuestro plan, las llamas solo confirmaron aquello que ya sabíamos, que tendríamos éxito. Os apoyará, fue facil.- dijo Kenys
- Bien. Pero yo no dejo nada a la suerte.- dijo el joven.
- Por eso he dejado a alguien de confianza para que todo resulte según vuestro plan.- dijo Kenys.
- Os han seguido?- pregunto el anciano.
- No mi señor.- dijo Kenys
- Tranquilo, nadie vendría aquí.- le dijo el joven al anciano, con su mirada hizo que la tensión del anciano caballero que cargaba en sus hombros disminuyera notoriamente.
- Como estáis tan seguro?- le preguntó el anciano caballero
- Ruego que no cuestionéis al rey, parece que dudáis de vuestro propio pupilo. – dijo Kenys serenamente, con una sonrisa en los labios, haciendo que el viejo caballero le mirase seriamente- Tranquilizaos mi señor, confiad en mí y en mis palabras, el señor de luz nos ilumina con su luz y nos protege.
- Lo hago lady Kenys pero también le enseñé a nuestro rey a estar siempre alerta y a no dar nada por sentado.- dijo el anciano caballero.
- Y gracias a eso sigo vivo, por tus lecciones. No discutáis, os lo ordeno- dijo con una ligera sonrisa poniéndose de pie y acercándose al fuego- Este castillo en ruinas perteneció a Daemon Targaryen cuando se proclamó rey del Mar Angosto, fuera en la tierra aún se encuentran los huesos de los hombres que lucharon en la Guerra de los Reyes Nueve Peniques.- dijo el joven.
- Recuerdo haberte enseñado eso- dijo el anciano caballero
- Entonces comprenderás que nadie buscará un vivo en un lugar muerto.- dijo el joven.
El viejo caballero asintió la cabeza en señal que tenía razón. En ese momento se escuchó un rugido que colapso el mismo sonido que el trueno haciendo que los tres miembros de la sala sonriesen.
- Parece que él también está de acuerdo con su majestad.- dijo Kenys.
P.D: Sé que ha pasado mucho tiempo desde la última publicación. La verdad es que me había estancado un poco y había aprovechado para escribir un poco de mi primera historia, El Rugido del Dragón, si no la habéis leído os recomiendo hacerlo. Pero volviendo al tema principal, no penséis ni por un momento que me olvidado de esta historia. Mi plan original y que aún mantengo en mente es hacer una trilogía de esta historia. Y aún estamos en el libro 2. Espero que os guste. Si es así por favor votad el capítulo, no cuesta nada y anima mucho, es solo pulsar un botón.
ESTÁS LEYENDO
Cielo y Mar- Libro 2
Fiksi PenggemarCon la derrota del rey Bran el dragón volvía a reinar en Poniente. Cielo y tierra le pertenecían. Pero el mar, eso era una cosa distinta. Una amenaza regresa después de muchos años fuera antes de que nuestros protagonistas puedan sentarse y sanar su...