RODRIGO
No puedo explicar el pánico que sentí al darme cuenta de cómo había tratado a Julia, me aterraba la idea de que no me perdonara. No me tuve que arrodillar por su perdón pero lo hubiera hecho de ser necesario.
Aún me siento un imbécil, casi muero cuando se me quedó viendo sin decir nada, pero lo entendí, seguramente su ex también le había pedido perdón después de gritarle o tratarla mal, esos hijos de puta son así, lastiman a sus parejas y después les piden perdón sólo para seguir maltratandolas después. Pero yo no soy como su maldito ex, yo si de verdad estaba arrepentido y jamás, jamás la volvería a tratar mal o a gritarle. Es una promesa que pienso cumplir.
Mi cuerpo sólo se relajo cuando ella me dijo que me perdonaba, no debe haber sido fácil para ella perdonarme, odiaba que me pudiera comparar con el idiota de su ex, pero agradezco que haya creído en mi arrepentimiento.
Después de eso la noche fue hermosa, me gustó tanto verla sonreír, me importó muy poco que mi querida amiga Nina me dejara en ridículo con tal de ver reír a Julia. Disfruté tanto de noche, me relaje y por unas horas dejé de pensar en mi trabajo y en mi frustración por perder el caso. Claro que hoy, domingo debo ponerme a trabajar.
Me he despertado con cientos de mensajes y mail de uno de los socios encargados de casos corporativos. El empresario no ha ido a la cárcel aún, lo que significa que debo hacer lo imposible por evitar eso. El martes es nuestra oportunidad de salvar este caso.
Me visto con ropa de domingo, un jeans azul, una remera blanca básica y zapatillas. Después de buscar un café me siento en el sillón más grande de la sala y me pongo cómodo para trabajar.
Llevo varias horas aquí. Fede no ha vuelto de anoche y Julia aún no ha despertado. Me pone un poco nervioso que estemos solos, no quiero que se vaya a sentir incómoda conmigo, sé que estamos bien pero... no sé. En eso escucho que Julia sale de su habitación. Finjo no oírla hasta que entra a la sala y es ahí cuando levanto mi vista encontrándome con sus hermosos ojos marrones. Luce tan tierna con su pijama gigante y su cabello marrón atado en un moño con un pañuelo rosa.
- Buenos días. - Me saluda con su dulce voz de dormida. Sus mejillas se sonroja un poco y trato de no sonreír como idiota.
- Buenos días. - La saludo con una sonrisa que ya no puedo ocultar.
Ella sigue su camino a la cocina, escucho como se prepara su café y al cabo de unos minutos vuelve a la sala conmigo.
- Rodrigo. - Aún me sorprende que me llame por mi nombre, aunque me gusta. - ¿Fede volvió? - Me pregunta preocupada.
- No, aún no. De seguro la obra terminó tarde y se quedó en casa de Nina. - No es la primera vez.
- Ahh... ¿te molesta si me siento aquí a tomar mi café? No quiero molestarte si estás trabajando. - Me pregunta señalando el pequeño sillón gris oscuro.
- Te puedes sentar donde quieras Julia... no me molestas para nada. - Le digo amablemente.
Ella se sienta en el sillón y sorbe de su café, trato de no mirarla demasiado pero me es imposible, Julia es una mujer hermosa pero también me causa ternura y ese sentimiento jamás me lo causó ninguna mujer. Concentro mi atención en mis papeles y pasamos un agradable rato en silencio para nada incómodo. Se siente bien esto.
Me gustaría hablar con ella pero no voy a presionarla, así estamos bien. Sin embargo ella me sorprende hablando primero y me pregunta en qué estoy trabajando.
- Estoy trabajando en un caso importante de un empresario, nos fue mal y ahora debemos apelar. Pero también tengo en manos un casi pro-bono nuevo. Un hombre perdió su trabajo injustamente y lo ayudó a tener su indemnización, la empresa no quiere pagarle nada después de haber trabajado para ellos por más de 15 años.
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Descubriendo el verdadero amor (Terminada)
RomanceJulia es una mujer que no la ha pasado bien en el amor, ha estado dos años con un tipo que la maltrataba, pero logra escapar de él para empezar una nueva vida. Rodrigo es un hombre al que no le interesa el amor, sus padres nunca le demostraron el...