Descubriendo el verdadero amor (Terminada)

Cap 26 - 03 DE SEPTIEMBRE

JULIA

Un mes después.....

Llevo un mes organizando la boda y fue muy emocionante planear el día más importante de nuestras vidas, pero también resultó ser muy estresante.

Mi prometido, es hermoso llamar así a Rodrigo, y yo no queremos una gran boda, lo hemos mantenido sencillo pero elegante. Lo único que nos importa, además de casarnos, es compartir este momento con las personas que amamos y que nos aman.

Elegimos casarnos por civil y por iglesia y hacer la fiesta en la mansión de Adrián. Mi suegro cuenta con un enorme jardín donde los 80 invitados van a poder disfrutar de una deliciosa cena y bailar hasta el amanecer.

Sin embargo, no fue fácil llegar a eso. No cuando tienes una madre y una suegra que te acribillaban con ideas nuevas todos los días. Que los colores de la temporada, que las flores de estación, que las invitaciones, que el menú, la música, los vestidos, los trajes, la decoración, etc... Muchas de sus ideas se alejaban demasiado de mi boda soñada y las tuve que rechazar cuando me vi sobrepasada con sus sugerencias. Por suerte ambas mujeres entendieron mis sentimientos y me dejaron elegir lo que me gustaba.

Nina me ha ayudado a la distancia con la elección de algunas cosas. Al día siguiente del compromiso la llamé para contarle todo y me prometió volver para ayudarme a escoger mis vestidos de novia. Ese momento fue mágico, emocionante hasta las lágrimas, no sólo porque tenía a mi mejor amiga conmigo, a la que extrañé un montón, sino porque estaba haciendo realidad una de mis fantasías. Elegir mi vestido de novia para mi boda con el amor de mi vida.

Mi novio también se involucró en la organización, se encargó de las alianzas y se organizó con los hombres de la familia para comprar los trajes. Después... sólo me decía que sí a todo, no opinaba en nada, todo lo que yo elegía a él le parecía bien y llegó un momento que su falta de opinión me agobio y explote. O puede que ya haya estado estresada de antes  y sólo lo pagué con él.

- ¿Te parece que usemos flores de color celeste y rosa, combinadas con algunas flores blancas? - Le consulto mientras ambos estamos sentados en el sillón, él ha vuelto de trabajar hace una hora.

- Si amor. - Otro si más, es el quinto en está hora.

- ¿Vas a decirme a todo que sí? Podrías opinar Rodrigo, es tu boda también. No puedes decirme que si a todo. - Le reclamo estresada.

- Pero mi amor, tus ideas me gustan de verdad. - Suspiro frustrada y me paró del sillón.

- Estoy estresada Rodrigo. Estoy eligiendo todo sola porque tú me dices que sí a todo. - Tal vez estoy exagerando.

Algunas lágrimas resbalan por mis mejillas. Mi prometido se pone de pie y se acerca a mi preocupado por verme tan histérica.

- Amor... - Me toma suavemente el rostro con sus manos y seca mis lágrimas. - Lo siento, no sabía que te estabas sintiendo así, no me di cuenta. - Su voz refleja arrepentimiento. - Lo único que deseo es casarme contigo. - Cierro los ojos suspirando.

- También deseo lo mismo, pero también quiero que sea un día increíble para los dos. - Abro los ojos. - Nos vamos a casar una vez en la vida. Sólo quiero una linda boda y todavía faltan tantas cosas.

- Ven. - Me toma de la mano y me lleva de nuevo al sillón. Toma mi cuaderno de planificación y empieza a ver la lista. - Flores, si celestes y rosas con flores blancas. Invitaciones, virtuales, ame la que diseñaste y no hay mucho tiempo para mandarlas. - Le sonrió. - El menú que probamos me encantó. Manteles blancos, pero no me pidas que elija entre una variedad de blancos porque son todo iguales, amor. - Me suplica y sonrió.