Cap 34 - MILAGRO

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JULIA

Una semana después....

Hace unos días que no me siento bien, he tenido algunos mareos leves y bastantes náuseas, pero supongo que las náuseas se deben a que he estado comiendo una mermelada de frutillas casera que compramos en la feria del parque y puede que me haya caído mal, pero es que es tan rica. Me encanta, pero si es la causante de mi malestar debería dejar de comerla, no?.

Esta mañana me desperté con malestar, no le di importancia y me concentre en vestirme. Me visto con un pantalón negro con un lazo en la cintura y una blusa con flores en rojo, rosa y blanco, no llegó a terminar de arreglar mi ropa que salgo corriendo al baño y vacío mi estómago en el inodoro. Rodrigo entra al segundo, me sostiene el cabello y espera paciente a que termine de vomitar. Después de ese momento asqueroso, me lavo los dientes bajo la mirada preocupada de mi marido, que me mira a través del espejo.

- Estoy bien. - Dejo mi cepillo en su lugar. Me giro y mi preocupado esposo me toma de la cintura.

- No amor, acabas de vomitar. Hoy deberías quedarte en casa, o mejor aún deberíamos ir al médico.

- Mi amor, enserio ya me siento mejor después de.... ya sabes. - Él no luce muy convencido por mis palabras. - Los dos tenemos que ir a trabajar, tienes que ir a la Corte y todavía no te has puesto tu corbata de la suerte.

- Lo sé, no llegue a ponérmela saliste corriendo al baño y me asusté. - Ay, mi amor.

- Ya estoy bien. Terminemos de vestirnos así desayunamos con nuestro hijo, se nos va a hacer tarde. - Él asiente aunque se que sigue preocupado.

Volvemos al vestidor, terminamos de vestirnos, mi esposo me pide ayuda con su corbata que completa su look de traje azul y camisa blanca. Le ayudo y Rodrigo aprovecha de poner sus manos en mi cintura y me pega a su cuerpo, sonrío, amo que haga eso. Una vez que termino con su corbata me da un beso en los labios y salimos juntos de la habitación, mientras él despierta a Mateo yo preparo el desayuno rápidamente.

- Ah no. - Mi esposo me quita de las manos el frasco de mermelada. - Por esto es por lo que estás mal, nada de mermelada hasta que te sientas mejor. - Pongo carita de cachorito para que me de el frasco, pero no cae. - Te amo pero eso no va a funcionar, mi vida. Te voy a cuidar. - Me deja un besito en la nariz y se lleva el frasco a la cocina.

- Ufa. - Me quejo como una niña, pero se que mi marido tiene razón, no debería comer eso hasta que me sienta 100% mejor.

Terminamos de desayunar y salimos de casa para llevar a Mateo al colegio. Después mi esposo me deja en la editorial y me pide que le prometa que si me siento mal, lo llame.

- Voy a poner mi celular en silencio, no pienso apagarlo. Además es sencillo el juicio y va a ser muy rápido todo. - Odio verlo preocupado.

- Está bien amor, lo prometo. - Le doy un tierno beso en los labios.

Nos despedimos, entró a la editorial mientras él se va a su oficina. Mi malestar volvió a media mañana y me tome una pastilla para las náuseas, pero no ha hecho efecto porque no me siento mejor. De repente un recuerdo se me viene a la cabeza y me empiezo a preocupar. Algo muy similar me pasó hace seis meses cuando quedé embarazada, pero no puede ser posible, no de nuevo.

Sin embargo no dejo de pensar en ello y antes de ir a buscar a Mateo al colegio, paso por una farmacia y compro 5 evatest de distintas marcas, he escuchado que en algunos te puede dar positivo y en otro negativos dependiendo de la efectividad del producto, por las dudas compro 5 diferentes.

Espero a mi hijo fuera del colegio y me llega un mensaje de mi esposo, sonrió como boba al ver su nombre en la pantalla.

Rodrigo: Amor, me cambiaron el horario del juicio. Estoy yendo ahora a la Corte. Cómo te sentís?

Descubriendo el verdadero amor (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora