Recuerdos

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Aun recordaba con cariño a su madre como si fuese ayer. Ella era la única que le hacia sentir que la vida valía la pena, la única que podía hacer de su vida algo feliz.

Eran solo sus recuerdos los que hacían que quisiera salir adelante. Su padre no le importaba en absoluto, pero en donde estuviese su madre esperaba que estuviera orgulloso de su persona.

Su padre un hombre serio y con apenas muestras de cariño hacia su persona ni siquiera sabia de esto, de hecho, aunque hubiera fotos y un cuadro de Shiori en la casa jamás los miraba, eso le hacia enfadar bastante.

Seijūrō siempre pensó que su madre había sido demasiado para un hombre tan frio e inexpresivo como él.

La persona que quisiera acercarse a él tendría que ser tan gentil como ella, o al menos parecerse lo suficiente en su gentileza, por lo cual los pocos que osaban hablarle fuera del sexo que fuera los rechazaba, Tetsuya incluso trató de demostrarle que era una persona digna de él, pero Seijūrō también le rechazó y eso es porque aunque el de cabello celeste era una buena persona también era bastante juguetón, como un niño bromista, cosa que le hacia verlo más como un hermano pequeño que otra cosa.

El dijo que su tipo de persona ideal tenia que ser elegante, porque su madre así lo era.

Si, Seijūrō vivía de recuerdos, así era simplemente, no creía cambiar aquello.

Cuando este iba a rechazar a cierto chico de cabellera castaña este lo detuvo:

―Por favor déjeme demostrarle que soy digno para usted Akashi-san.

Lo veía muy tembloroso y tímido, demasiado para ser de su gusto.

―Deja de temblar tanto y tal vez te ponga a prueba un tiempo.

Ni siquiera sabia porque le daba una oportunidad, su madre no era de esa manera ¿Oh sí? Tal vez que algo en ese joven que era tan cálido. Quizás por ello decidió ceder esta vez.

Aquel chico Furihata hacia cosas nobles, se preocupaba de detalles, le hacia comida. Akashi le decía que no necesitaba preocuparse tanto, que ya lo tenia previsto, por ejemplo: llevar un paraguas porque se había anunciado lluvia ese día. Era demasiado dedicado, tal vez como su madre...

Negó, se estaba dejando llevar demasiado por las atenciones de ese chico. Aunque el entusiasmo que le ponía a las cosas, a pesar de que Akashi no era a veces muy agradable con él para que no se entusiasmara, se le hacia muy lindo.

Y, sin embargo....

―Lo siento Akashi-san, no podré verlo más mi padre a tenido una oportunidad de trabajo en el extranjero y nos llevara a todos allá

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―Lo siento Akashi-san, no podré verlo más mi padre a tenido una oportunidad de trabajo en el extranjero y nos llevara a todos allá. Lo siento.

―No, no puedes irte. Aún estabas a prueba.

El mencionado se encogió de hombros, mientras Akashi se acercaba a él.

―No te vayas.

―No tengo elección mi familia es...

―Tienes que ganarme, no puedes dejarme así.

―Nunca gano nada, supongo que es mi destino. ―Sonrió un poco apenado. ―Gracias por todo Akashi-san.

Esa sonrisa triste, le recordaba a la de su madre, esa sonrisa melancólica.

Retuvo del brazo a Furihata quien lo miraba un poco contrariado al verlo tomar esa actitud.

―Te quedas aquí Kōki. A partir de hoy serás mío y vivirás en mi casa.

El mencionado quedo impresionado.

―No, usted se aburrirá de mi ¿A dónde iré cuando eso pase?

―No pasará. Incluso te puedo hacer un contrato para que sepas que así será. ―Saco un papel y se lo mostro a Furihata.

― ¡¿Esto es un acta de matrimonio?! ―Kōki no sabia que decir, estaba demasiado boquiabierto. ―Pero no es legal aquí, al menos no completamente.

―Sabes que puedo hacer que lo sea ¿Verdad? Tengo mucha influencia.

―...Bien, espero que no se arrepienta. ―Firmo no muy convencido, pero Seijūrō lo miraba atentamente con una sonrisa.

Kōki se parecía a su madre un poco, pero a la vez era diferente y eso era lo que más le gustaba de este.


31 días de AkaFuri 2020/2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora