El Funeral.

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Narra Vegetta

Rubius y yo salimos a toda prisa para alcanzar a Cheeto. Como pude ser tan idiota y no poder ver que él era el verdadero asesino, estoy seguro que entre Frank y Cheeto se pusieron de acuerdo para poder engañarnos. Nos hicieron creer que Frank era el asesino mientras que el verdadero asesino iba con Guillermo para matarlo a él y a su madre.
Rubius, Frank y yo subimos a toda prisa a su BMW para ir al aéreo puerto.

- Como que Guillermo muera -le dije a Frank-, te juro que haré que pagues por eso.

Frank bajó la mirada ante mi tenacidad. Se podía sentir la tensión mientras Rubius encendía a toda prisa el motor y lo calentaba.

- Ya te dije que yo no tengo nada que ver en esto -contestó autoritario.

- ¿Entonces quién? -dije alterado.

- No lo sé. Yo nunca haría algo que te lastime. A pesar de que eso me lastime a mí.

El carro arrancó y gracias a los cinturones de seguridad no salimos disparados del asiento.

- Le he mandado un mensaje a Cheeto -dijo Rubén.

- ¿Que? No debiste.

- Espera. Me contestó, está en el funeral de una tía y quiere que vayamos para allá.

- ¡Es una trampa! -le dije argumentando-. Sólo quiere ganar más tiempo.

Sabía que era una trampa, estaba claro que sólo quería ganar más tiempo para poder cumplir su objetivo. Aunque le dije eso a Rubius se negó a escuchar me y partió hacia el funeral. No tenía caso pelear con él ya que no me escucharía.
Finalmente después de unos minutos llegamos a la funeraria dónde estaba Cheeto esperando. Mi ideología estaba mal ¿quién era el asesino si no era él? ¿Era Frank?

- Cheeto -dijimos los tres al mismo tiempo.

- Hola. He oído lo de Guillermo -se volvió a nosotros.

- ¿En serio? -dije alterado.

- Sí, y creo saber quien es.

Los cuatro pasamos a un estado de suspenso. Nos miramos los tres y la tensión del ambiente cambió repentinamente.

- Yellow Mellow -dijo sin más preámbulos-. Cuando me contaron lo de las cartas, recordé que un día él llevaba cientos de ellas. Y ayer me dijo que iría a Seattle a visitar a David, un amigo suyo.

Entonces, supe que era él y todos los detalles encajaron. Las cartas en su mano, él que Frank no fuera el asesino porque él estaba en la fiesta, el que fuera a visitar a un tal David, pues recordé que Guillermo tenia a un primo llamado así.

- Rubius, al aeropuerto -le dije subiendonos al carro.

- Yo voy con ustedes -dijo Frank y accedí a que viniera-. Si mis amigos van a morir, yo quiero morir con ellos.

- Nadie va a morir.

El carro arrancó y llegamos al aeropuerto. Para nuestra buena suerte el próximo avión a Seattle salía en menos de veinte minutos. Compramos los tres boletos y nos subimos al enorme avión que una vez Guillermo subió para evadir la muerte.
Quién diría que hoy yo subo para salvarlo de la muerte que en estos momentos se estaría reuniendo con ella.

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Soy malo y se las hago de suspenso xdd sólo les diré que alguien no saldrá vivo de esta *hace ruiditos de suspenso* ¿quién creen que sea?
Quiero dedicarle este cap. A sebalex720 porque sin él mi fics no es nada♥ no se olviden de votar y comentar!

Cartas a Medianoche  «Wigetta» (Saga Wigetta a Medianoche 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora