Narra Willy
Esto era extrañamente raro. Samuel no había ninguna carta y no es que esté desesperado por ello, sino que siento que al parecer se ha olvidado de mí. Y aquí no hacemos nada más que estar encerrado con David y Carol. Al único lugar que podíamos ir es a la tienda, Carol tenía permiso de salir de vez en cuando a jugar con los niños de la colonia. Pero David y yo sólo nos pasábamos viendo películas, si me quedo otro mes aquí habré visto todas las películas que existen en el mundo.
Samuel tiene mucha suerte, pues tiene a nuestros amigos y yo solo tengo a David, en este momento le agradezco a mi tía por haberlo tenido. Pues estaría más aburrido de lo normal. A pesar de que estoy aquí desde Octubre y estamos a finales de Marzo seguía sin superar el haber sobrevivido tanto tiempo sin Samuel, y también el que David haya aceptado muy bien el seamos novios. No cabe duda que tengo una familia espectacular ¿porqué querrán matarnos?
David llegó corriendo hasta donde yo estaba.- Guillermo ¡buenas noticias! -dijo entusiasmado.
- ¿Que ocurre? -pregunté ansioso.
- ¡Iremos a la plaza del relog aquí en Seattle!
Las palabras que dijo fueron música para mis oídos. Por fin íbamos a salir, no había salido desde que llegué a aquí.
- ¿Exactamente como es? ¿es bonito? -pregunté alegre.
- Sí, es sumamente bonito. Hay una plaza enorme donde venden libros, juguetes y todo lo que te imaginas, aunque hay mucha gente. Y enfrente hay un reloj enorme, muy hermoso por cierto.
No cabía duda que si estaba emocionado, con lo que me dijo lo había estado más. Al fin saldría de la casa, al fin vería algo nuevo.
- Niños, por favor. Quiero que se alisten para salir -dijo mi mamá confirmando la salida.
- Ya se lo dije yo, tía -le dijo David-, en eso estamos.
Corrí hacia el baño y me bañé lo más rápido posible. Saqué de mi maleta una camisa verde y una gorra, unos jeans negros que estaban geniales. David se metió al baño y yo lo esperé cómodamente en el cuarto. No tenía porque salirme ya que él se llevaba su ropa al baño para ahí cambiarse.
- Guille ¿crees que este vestido se me vea bien? -me dijo Carol con el vestido morado en la mano.
Me quedé en silencio contemplando el color morado del vestido. Ese color que tanto me recordaba a Samuel.
- Sí, se te verá hermoso.
Carol sonrió y salió del cuarto para ponérselo. David salió con su playera roja y sus pantalones de mezclilla y el móvil en la mano.
- Tengo una idea -me dijo con una media sonrisa.
- ¿Cual? -pregunté.
- Mi tía y mi mamá no quieren que demos la dirección de la casa ¿cierto?
- Así es -sabía hacia donde iba.
- Bueno, entonces le dije a Yellow Mellow que se reuniera con nosotros en la plaza ¿Que te parece?
Aunque era una idea muy bien elaborada, no sé como le haríamos para encontrarlo. Habría mucha gente y todo eso.
- Bien, pero ¿como le dirás a tu mamá? -le pregunté.
- Podemos decir que fue una casualidad.
Me gusta como piensa, sus ideas son muy buenas, y hasta sabe esconder muy bien cosas o secretos. No cabe duda que algún día el podría ayudarme para algo.
Todos ya estábamos listos para salir, y en menos de cinco minutos estaríamos montados en el auto.~~~~~~~~~~~~~~~~~♥
Bueno, hoy si actualizo tres veces xd porque ya se viene lo intenso! Recuerden votar y comentar♠
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Cartas a Medianoche «Wigetta» (Saga Wigetta a Medianoche 2)
أدب المراهقينCartas a Medianoche es el segundo volumen de la saga «Wigetta a Medianoche». Samuel debe tener una relación a distancia con Guille. Después de enfrentarse a la dura batalla de decirle a sus padres de lo suyo, el amor de ellos se pone a prueba cuando...