Capítulo I

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2 AÑOS DESPUÉS

Me despiertan los primeros rayos del sol colándose por mi ventana.
Abro los ojos lentamente y ruedo por mi cama hasta que choco contra él. Comienzo a acariciar su espalda y él se queja con un gruñido ronco. Le estoy despertando y eso no le gusta nada.

Siempre tan gruñón.

Su pelo negro y largo se enreda entre mis dedos y...

¡ZAS!

– ¡¡¡Joder, Lobito!!! ¡¡Qué mal despertar tienes!!

Miro la mano que mi gato acaba de arañar con saña y observo como dos surcos en mi piel comienzan a llenarse de sangre.

– Pues ahí te quedas, amargado. – digo levantándome de la cama–Ya te has quedado sin tu chuche de atún.

En cuanto escucha la última palabra levanta la cabeza y la gira de lado.

– Ahora sí, ¿eh? ¿Ahora sí te interesa lo que digo? Eres un interesado. Solo me quieres por las chuches.

Como si estuviera entendiendo lo que le digo, Lobito salta de la cama y se acerca a mis piernas y comienza a rozar su lomo contra ellas.

– Ahora te haces el gatito mimoso. Lo tuyo es muy fuerte, tío.

Después de consentir a mi gato y darle su barrita de atún mañanera, comienzo con mi rutina.
Ropa de deporte, zapatillas y airpods. Música a todo trapo y... en marcha.

–Alexa: Música de running.

Todas las mañanas, sea invierno o verano, realizo el mismo proceso.
Un kilómetro andando a paso rápido, tres kilómetros de carrera ligera, vuelta en la zona del puerto y otros cuatro kilómetros de carrera intensa de vuelta a casa. Ocho kilómetros de ejercicio bordeando la costa de la bella ciudad de Lisboa con la brisa del mar como compañera.
Está comenzando el mes de junio y el calor empieza a ser insoportable desde primera hora de la mañana, pero aun así no renuncio al esfuerzo final. Cuatro pisos de escaleras empinadas hasta llegar a mi apartamento.

Unos pocos estiramientos ante la atenta mirada de mi gato y....a la ducha.

– Alexa, reproduce mi playlist "MAÑANAS".

👩‍🍳

– ¡Buenos días, Sam!

– ¡Buenos días, Estela! – respondo contagiada por el entusiasmo de mi pelirrosa y alocada amiga.

– Estoy ya pelando las gambas. – dice separando sus manos del cuerpo para no manchar su chaquetilla.

– Perfect, me pongo contigo. –digo abrochándome mi bonita chaquetilla rosa palo

– Alexa, reproduce la playlist "COCINA".

– Ou yeah! – grita Estela comenzando a mover sus caderas y moviendo su cabeza al ritmo de Another One Bites the Dust.

Estela me da un beso en la mejilla cuando llego a su lado.

–Ahí estoy echando las gambas peladas – dice señalando un bol– y en esa olla de ahí las cabezas para el fumet.

Tras pelar los ocho kilos de gambas y escuchar unas cuantas canciones de Queen coreadas con la preciosa voz de Estela, comenzamos con la limpieza de los diez kilos de mejillones.

– Aún no puedo entender por qué siendo la jefa haces estas cosas. – dice aprovechando una pausa entre canción y canción.

– ¿Y perderme estas juergas mañaneras? – pregunto empujándola de lado con mi cadera.

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