Capítulo X

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Doy vueltas y vueltas montada en un columpio.
El reflejo del sol hace que cierre mis ojos, pero el viento enfría mi cara.

Mi pelo rojo meciéndose por el aire.

Sensación de plena felicidad.

Las manos de Aleksei desabrochando la cadena del asiento de metal.
Las manos de Aleksei agarrándome por la cintura para ayudarme a bajar de la silla.

Mi vestido amarillo de princesa.

Algodón de azúcar.

La risa de Alek viéndome bailar en el garaje vestida de Bella.

La mirada de deseo de Aleksei.

Mi boca pronunciando "Menos lobos"

La lengua de Aleksei acariciando la mía.

Mis pezones duros dentro de su boca.

Su erección penetrándome lentamente.

Sus gruñidos en mi oreja.

El escalofrío de placer recorriendo mi cuerpo.

Mis gemidos de placer.

Mis jadeos.

Ah

Ah

– ¡¡Oh, Alek!!

Me despierto y me siento sobresaltada en la cama.

La luz ha empezado a colarse entre las cortinas y Lobito a mi lado me mira inclinando su cabeza de lado.

Me dejo caer de nuevo sobre la almohada.

–No me mires así, solo era un sueño.

Intento recuperar el ritmo normal de mi respiración, pero en cuanto cierro los ojos mi mente vuelve a viajar a aquella noche.

La noche.

La primera vez que hice el amor en mi vida.

La primera noche que me acosté con Aleksei, culminando así el día más feliz de mi vida.

Recuerdo perfectamente cómo la sorpresa y la alegría recorrió mi cuerpo cuando Aleksei retiró mi antifaz y descubrí que estaba en DisneyParís. Me compró un vestido de Bella y yo paseaba feliz por el parque comiendo algodón de azúcar dentro de mi vestido amarillo.

Qué curioso que es el mundo de los sueños.

Es increíble lo reales que son. Además, yo desde siempre he tenido sueños recordatorio, como yo les llamo.

Cuando vivía en el Monasterio soñaba con el día en el que mis padres me abandonaron allí. Cuando vivía con Aleksei tenía pesadillas constantes con los abusos que sufrí a manos de los monjes y ahora que él había reaparecido en mi vida soñaba con el día más feliz de mi vida, en concreto con la noche más bonita de mi vida.

Aprieto una pierna contra la otra al sentir mi centro encogerse y recordarlo. Estoy húmeda.

Despacio comienzo a meter mi mano por dentro del pantalón del pijama y retiro mis braguitas para comprobar que estoy empapada.

Joder.

Cierro los ojos y de inmediato vuelvo a aquel momento.

La mano de Aleksei sobre mis pechos y sus pulgares jugando mis duros pezones.

Mis dedos comienzan a moverse en mi centro.

Aleksei besando mi cuello. Piel contra piel. Su erección presionando mi centro.

Chef en Lisboa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora