Capítulo 2

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TAEHYUNG

Despierto con Jungkook entre mis brazos. Y me cuesta unos segundos asimilar que estamos en París. Juntos. Y que mañana es su cumpleaños.

Me quedo quieto durante unos minutos, terminando de despertarme, y disfrutando de tenerle así, tan tranquilo, pegado a mí. Respiro hondo contra su pelo y cierro los ojos para relajarme. Después me separo un poco de él y me quedo mirando a su rostro, completamente en calma. Supongo que está durmiendo bien. O quizá es que ayer acabó demasiado cansado como para levantarse temprano hoy.

Yo ni siquiera sé qué hago despierto. No tengo idea ni de qué hora es, pero el ambiente se siente matutino y fresco. Así que, me separo de Jungkook con mucho cuidado, para no perturbar su sueño, y aprovecho para ir a darme una ducha. Aunque hoy vayamos a tomarnos el día con calma, supongo que vamos a estar bastante rato fuera, por lo que, prefiero ducharme ahora que a la vuelta.

Me sorprende lo bien equipado que está el baño. No tiene demasiadas cosas, pero las que tiene, están preparadas para hacerte la vida más fácil. Cojo las toallas de la izquierda, ya que Jungkook me dijo que yo usara esas y que él usaría las de la derecha, y las cuelgo en unos enganches para toallas que hay justo a la entrada de la ducha. Muy útil.

Después me quito el pijama, lo dejo bien doblado sobre un mueble que hay para dejar cosas y me meto a la ducha. Me cuesta un par de minutos entender cómo funciona, pero, en cuanto el agua empieza a caer sobre mí, ya templada, y modulo los distintos tipos de chorros para que acaricien mi piel sin dañarla en lo más mínimo, me siento en el cielo.

Cierro los ojos y me cuesta un rato volver en mí y darme cuenta de que estoy malgastando el agua. Así que, me doy prisa por darme esa ducha que tanto me apetecía, y salgo del baño, con cuidado de no mojarlo demasiado. Me seco el cuerpo con una de las toallas y luego me quito exceso de agua del pelo con otra. Como esta última apenas está mojada, me la cuelgo en la cintura y salgo a vestirme a la habitación.

No sé qué ponerme, así que, opto por una camiseta ancha que decidí traer, precisamente, para momentos como este, y unos pantalones anchos y cortos de deporte. Después vuelvo al baño, recojo mis cosas y regreso a la habitación, para comprobar que Jungkook sigue durmiendo tal y como lo dejé antes de irme a la ducha.

Suspiro y decido salir a la terraza. Para que me de el aire y para evitar molestarle. Pero entonces me llevo una sorpresa que Seokjin no me había comentado en ningún momento; las vistas. No es como si tuviéramos las mejores vistas de todo París, pero, desde aquí, mirando hacia la derecha, se puede ver la Torre Eiffel a lo lejos. Y me quedo mirándola durante un rato, hasta que se me ocurre una idea.

Preparo todo lo más rápido que puedo, sin hacer apenas ruido, y aprovecho también para mandarle un mensaje a Seokjin para hacerle una pregunta. Espero pacientemente, sentado al borde de la cama, lo más alejado de Jungkook que puedo. Y, cuando llaman a la puerta, la abro con cuidado para coger la bandeja que me han traído. Me ofrecen disponerlo todo dentro de la habitación, pero yo les digo que no hace falta y cierro la puerta, como puedo, sin dejar que se tambalee la bandeja.

Voy a la terraza, intento ordenar las cosas de forma que parezca un desayuno bonito, y sonrío, satisfecho. Voy a por el móvil, le hago una foto a la mesa, hago otra foto de cómo se ve la terraza junto con las vistas y me doy golpecitos en la mano con el móvil mientras miro hacia la cama. Jungkook sigue dormido. Pero enseguida veo que comienza a despertarse, por lo que sonrío y voy a la cama para recibirle en su primer día completo en París.

—Buenos días... —susurro, acariciando su mejilla con un par de dedos.

—Mmmm...

—Veo que aún no te quieres levantar —río yo, aunque de forma suave—. Está bien...

Nothing like us | libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora