Capítulo 3

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JUNGKOOK

Abro los ojos y siento que tengo la mente completamente en blanco. Me separo de Taehyung, me siento sobre la cama y me estiro un poco; noto los músculos algo entumecidos y no se me ocurre por qué. Aunque enseguida recuerdo los días tan ajetreados que llevamos a las espaldas. Por no hablar de que, ayer, fue un día tan increíble que aún no me puedo creer que haya sido real.

Sonrío, mientras los recuerdos vienen a mí a toda velocidad, y suspiro, preguntándome si, alguna vez, volveré a sentir algo tan fuerte como lo que sentí ayer. Pura emoción, puro amor, pura adrenalina. Tengo claro que va a ser un día que siempre recordaré de manera especial. Independientemente del resto de días especiales que pueda haber en mi vida.

El mejor cumpleaños que he tenido jamás.

—Buenos días —murmura entonces Taehyung, acariciando mi brazo con una mano—. Qué rápido te has despertado.

—¿Estabas despierto?

—A medias —me responde, sin despegar su mejilla de la almohada.

—¿Estás cansado? —Le pregunto, y él asiente mínimamente con la cabeza, sin abandonar su posición.— Yo también.

—Ayer fue un día muy intenso —me dice, volviendo a acariciar mi brazo—, pero increíble...

—Sí...

—Oye, ¿es que no me vas a dar un beso de buenos días...?

Me río y me acerco a él para inclinarme y darle un beso corto en los labios. Taehyung peina mi pelo con sus dedos y me deja quieto en esa posición, para poder corresponderme y manejar el beso a su antojo. Yo no puedo evitar sonreír mientras este dura; me encanta cuando alarga nuestros besos, como si nunca durasen lo suficiente.

Si fuera por mí, le besaría todo el tiempo.

Me recuesto ligeramente sobre él, con una de mis piernas entre las suyas, y me apoyo con un brazo sobre el colchón y, con el otro, sobre su pecho. Taehyung sigue acariciando mi pelo y mis mejillas, por lo que pronto mis manos se mueven ligeramente hacia delante, para poder acariciar los bordes de su mandíbula, a ambos lados.

—Qué novio más guapo tengo —le digo, sonriendo, y logrando que él me sonría mucho de vuelta.

—Lo mismo puedo decir.

Me río ligeramente y vuelvo a darle un pequeño beso en los labios. Después, Taehyung me abraza y hace que me tumbe mejor sobre su pecho, apoyando mi mejilla contra este. Los latidos de su corazón son lentos pero alegres, y eso me hace sonreír de forma leve, porque significa que está relajado y, además, feliz.

—Deberíamos avisar a Jin de que estamos despiertos —me comenta, al cabo de unos minutos.

—Vale. ¿Lo haces tú?

—Claro.

Me da un beso en el pelo y se estira para alcanzar su teléfono. Yo permanezco en la misma posición, abrazado a su torso con suavidad y sin querer que esto se acabe nunca. ¿Por qué la vida no puede ser un eterno viaje romántico a París...?

—Listo... —murmura Taehyung, dejando el móvil sobre la almohada, para poder volver a usarlo más tarde.— Pues hoy sí que vamos a ver la Torre Eiffel...

—Sí... Aunque tú y yo ya la hemos visto...

Me río un poco y miro hacia arriba para ver cómo él también amplía su sonrisa momentáneamente.

—Sí, pero son experiencias diferentes... Por eso quise llevarte... Hoy la veremos mejor, a la luz del día, y también subiremos... Y podremos ver París desde allí... Hacer fotos...

Nothing like us | libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora