Capítulo 7

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JUNGKOOK

No dejo de correr hasta que llego a casa. Tampoco miro atrás en ningún momento. Jungkook, si querías ser espía o policía o cualquier cosa que implique no ser descubierto, te recomiendo que reconsideres esa decisión.

Una vez en la puerta de casa, me paro, me apoyo con una mano en la puerta y me concentro en respirar. Me doy cuenta de que tengo flato pero, estaba tan metido en mis pensamientos, corriendo como si me fuera la vida en ello, que no me he dado cuenta de que me estaba apretando el costado con la mano libre para aliviar el dolor.

Aprieto los ojos, exhalo fuerte y entro en casa. Subo ya tranquilo, o al menos en proceso de tranquilizarme, y, para cuando, mi hermano me recibe ya no hay ni rastro de lo que acaba de ocurrir en mi rostro. Le sonrío y le doy la bolsa. Él la lleva a la cocina, donde está mi madre, lista para comenzar a preparar la cena.

Aprovecho ese momento para ir a nuestro cuarto y dejarme caer sobre mi cama. Es entonces cuando la imagen de Taehyung vuelve a mi cabeza. Se pasa la mano por el pelo sudoroso y después la sacude. Puedo ver a cámara lenta cómo su pelo se libera del sudor y cómo se relame mientras se enfoca en el balón. Uff...

—¿Estás bien? —pregunta una voz entonces, interrumpiendo mis pensamientos.

Me incorporo y veo a mi hermano, que trae la bolsa de plástico doblada. Asiento, algo confuso por la situación, y esquivo la mirada del pequeño, mirando fijamente a la bolsa.

—Mamá ha dicho que la guardemos para otro día —dice finalmente—. Dice que tenemos que ahorrar.

—Dámela. —Asiento y estiro la mano.— Mamá tiene razón.

Finjo una media sonrisa mientras la cojo y la dejo sobre el escritorio, en una esquina. Entonces me doy cuenta de que debería continuar con lo que había empezado antes, pero lo cierto es que no me apetece. De todas formas, abro mi cuaderno y comienzo a leer lo último que hay escrito. Resoplo y lo cierro. Quizá después de cenar.

—¿Por qué suspirabas antes?

Me giro y veo a mi hermano algo preocupado, quizá por cómo me ha visto o quizá porque no quiere volver a preguntarme algo que pueda sacar un tema incómodo en la conversación. Finjo una sonrisa para quitarle importancia y me acerco para responder.

—Sólo estoy cansado, enano, nada más.

Él simplemente asiente. Si se lo ha creído o no, no lo dice. Y si tiene más preguntas, se las guarda. Es justo entonces cuando nuestra madre nos llama para cenar. Nuestro padre ya está en la mesa, así que sólo falta que ella se siente y comience a comer para que el resto lo hagamos.

Cuando mi hermano se duerme, intento estudiar pero la imagen de Taehyung jugando a baloncesto mientras anochece invade mis pensamientos. Suspiro de nuevo y entonces recuerdo las palabras de mi hermano.

Ni siquiera yo entiendo a qué viene esta reacción.



TAEHYUNG

Al día siguiente me levanto pensando en el misterioso chico de pelo negro. Quiero saber quién es, por qué me sigue, quiénes son sus amigos, por qué toca el piano... todo. De camino a clase, no puedo dejar de pensar en la locura de día que fue ayer, y en cómo ese chico ha pasado de ser un desconocido a ser una persona... ¿interesante? ¿Intrigante? No sé, alguien a quien quiero conocer.

—¡Taehyung! —Escucho en la lejanía.

Sacudo la cabeza, me paro y giro la cabeza para ver a Jimin, que grita mi nombre y sacude su mano mientras corre hacia mí. Le saludo de vuelta y espero a que llegue hasta mí para seguir andando.

Nothing like us | libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora