Capítulo 11

414 34 40
                                    

JUNGKOOK

Cuando llega la hora del recreo, busco un lugar en el que sentarme y saco el plátano que me he traído de casa. Casi nunca me llevo almuerzo, y la verdad es que puedo aguantar bien sin comer, pero a veces mi madre me pide que me lleve alguna cosa y yo no puedo negarme. Si me da tiempo, no me opongo a ello.

Observo a unos chicos que están pasándose un balón entre sí, porque no sé a dónde mirar. Intento no irme a lugares muy apartados, pero, realmente, no me apetece estar aquí, a la vista de todos. Prefiero repasar cosas de clase, descansar la mente, hablar por chat o, simplemente, sentarme a comer y no pensar en nada.

Pero no puedo hacerlo. Porque el profesor Heung ya me dijo que, lo único que podía hacer, era evitar quedarme a solas con Youngchul y Minsoo. Y eso es justo lo que estoy haciendo. No quiero que me molesten, ni tampoco que haya ningún problema que, más tarde, tenga que contarle a Taehyung. No quiero que las cosas empeoren todavía más...

—Ey, Jeon. —No, por favor.— Mírame cuando te hablo, sé que me estás escuchando.

Llevo los auriculares puestos, pero supongo que me habrá visto reaccionar a su voz igualmente, así que, suspiro y me giro para mirar a Youngchul, el cual empuja su mejilla por dentro con la lengua cada vez que acerca su puño a su mejilla contraria, resultando en un gesto bastante obsceno.

—¿Practicando para comérsela a Kim Taehyung...?

Siento un dolor en el pecho automáticamente, bajo la mirada hasta el plátano y me quedo a mitad de masticar, sin poder creer lo que acabo de escuchar. Alzo de nuevo la cabeza al escucharle reír, pero me alivia ver que ya se marcha, seguido de Minsoo, por lo que, termino de masticar y tragar. 

Me quedo mirando el plátano, tentado de guardar lo que me queda para la salida, pero no lo hago, por miedo a que me manche la mochila o se ponga malo. Tan sólo me limpio la boca por dentro con la lengua y continúo comiendo, sin lograr que ese dolor de pecho desaparezca.

No sé ni qué pensar. No sé cómo pensar en este tema. Ni siquiera quiero hacerlo. Pero me veo obligado a hacerlo, por culpa de él. Taehyung y yo estamos bien. Y nuestra relación no se basa en favores, como él cree, aunque tampoco puedo demostrarle lo contrario. Podría hacerlo, pero es algo que no me puedo permitir, por el bien de los dos.

Bastante he hecho ya contándoselo a mis padres y a mi hermano... y hemos tenido la suerte de que se lo tomaran bien. Si en mi casa todo está bien y, cuando salimos con nuestros amigos, también lo está, creo que ya podemos respirar con algo de tranquilidad. Pero eso no significa que podamos dejar de escondernos. No es tan sencillo.

Me termino el plátano y también se acaba el recreo. Tiro la cáscara a una papelera y me voy al baño para enjuagarme la boca antes de ir a clase; no me gusta que me queden restos de comida después de comer. Y, según el olor que deje la comida, también me gusta intentar suavizarlo enjuagándome un poco.

Pero, en cuanto salgo del baño, alguien me agarra por el brazo, me hace chocar contra la pared, y yo tardo unos segundos en reaccionar y en darme cuenta de que se trata de Youngchul. Lo tengo delante, muy cerca mí, sujetándome contra la pared y mirándome con una cara que no me gusta nada. No puedo ni reaccionar.

—Venga, Jeon... ¿Cuántos minutos necesitas...?

—¿P-perdón...?

—Para chupármela... ¿Te da tiempo ahora...?

—¿Q-qué...?

No sé cómo responder a eso. De hecho, ya me cuesta demasiado poder seguir respirando. Tomo aire, de manera atropellada, y los ojos se me llenan de lágrimas, mientras empiezo a temblar. Youngchul me suelta, de inmediato, y me mira de arriba abajo con cara de asco. Yo sólo puedo tranquilizarme un poco, por el hecho de que me ha soltado.

Nothing like us | libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora