Prologo

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Los jardines parecían más un patio de recreo que el sitio de descanso de la sede de la organización más importante del mundo. Las naciones se dividían por grupito: estaba el grupo de los latinos, los güeros ingleses, los europeos chidos, los no tan chidos, los de los otros continentes. Pero a pesar de todos esos grupos había alguien que siempre estaba solo. El ser tricolor europeo, con su eterna pose seria, vestido formal, sumergido en su lectura, Alemania, el hijo del que no debe ser nombrado, alto, ojos verdes. El motivo de los suspiros de cierta latina con emblema de águila.

México da ya su quinto suspiro.

-Weona, se te va a meter las moscas. -Chile le truena los dedos para sacar de su trance a la mexicana.

-Pero es que míralo: tan alto, guapo, sexy, tan.. tan..ahhh. Me pregunto quien será su ideal.

-¿Crees que el tenga un "ideal"? Siempre anda solo, no platica ni sale con nadie. Seguro que tiene sus esqueletos en el armario. Al único que le he visto cerca es Rusia, y ese otro también está medio chiflado--El chileno hace un movimiento de círculos en su oreja, clara referencia a la locura de Rusia.

-¿En serio lo crees?

-Nah, Alemania esta esperando que alguien se le confiese. Se casaran y tendrán un montón de hijos. Y vivirán felices como lombrices. - Chile sorbe un poco de su refresco.

México se queda pensativa. De repente se yergue como si tuviera la revelación de su vida.

-Tienes razón.

-Lo se. Espera ¿Qué dijiste? -El de la estrella le mira sorprendido.

-Que tienes razón. Solo tengo que acercarme lo suficiente para que se de cuenta de mi amor por el. Chile eres un genio. - apachurra las mejillas del chico con sus manos mientras sonríe.

-¿Qué? No, espera.

-Juro por mi sangre azteca que ese hombre será mi marido.

Y ella se va corriendo

-México, no, espera. Ay que hice...

Amorometro AlemexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora