Ellos tendrían su primera cita desde que se volvieron pareja.
-Muy bien Alemania, solo es ve esto como un paseo más. No tienes que alterarte. No te estreses y así no lo vas a arruinar. Todo va estar bien. Va estar bien.
-Y, ¿A dónde vamos?
-Es una sorpresa.
-Pense que a los alemanes no les gustan las sorpresas.
-Pero a ti si.
Se detiene el andar del vehículo.
-Wow, una feria.
-Sabía que te gustaría.
-Ah, quiero subirme a ese, y a ese y eso.
México le coloca una mano sobre el hombro del alemán.
-Vamos.
Ella comienza a correr.
Él solo sonríe. Le alcanza y ve su mano libre, quiere tomarla. Pero ella rápidamente camina de frente.
-Si. Quiero ese.
Y en varias ocasiones trato de tomar su mano, pero ella siempre se alejaba. Cansado se rindió de intentar. Ahora mira como ella comía una banderilla.
-Gracias Alemania. Sé que no eres mucho de esta clase de cosas. Así que muchas gracias.
-Gracias a ti por aceptar esta cita.
-Órale, mira cuanta gente. Ven, aún nos falta recorrer lugares.
Ambos se levantan de golpe. El tudesco siente que toman de su mano.
-Para que no nos perdamos. –ella sonríe.
-Que buena idea.
Él aplica un poco de fuerza al agarre. Caminan juntos entre la multitud con las manos entrelazadas.
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Amorometro Alemex
AcakPorque el amor también se puede medir. Una mexicana que frutas vendia, a perense asi no era. México, la latina mas alegre de América, se enamora de Alemania. Y dice: Lo quiero pa'mi.