El tudesco esta en la puerta de entrada de la casa de México. Estaba un poco nervioso. Pasarían la tarde juntos. La puerta se abre.
-Pasa, pasa.
-Con permiso. Ten te traje pastel alemán.
-Gracias no te hubieras molestado.
-No es molestia.
El teutón se sienta en el sofá. Ve una consola en el mueble del televisor.
-¿Y eso?
-¿Hum? Oh, es de Canadá. Me lo presto el otro día. ¿Jugamos una partida?- ella cortaba una rebanada de pastel.
-Claro.
Algunas horas después.
-¡¿Por qué me ganas siempre?!- se lamenta México.
-Es solo cuestión de estrategia. Tu plan de acción es débil. –Alemania se ajusta los lentes.
-¿Estrategia, eh?
Alemania se da cuenta que su espíritu competitivo salió.
-Mekiko, no quise decir eso.
-Esta la ganare, señor estrategia.
Alemania sonríe, ella no está molesta.
-Adelante, inténtalo.
Comienzan otra partida. En un momento ella deja el control en el suelo.
-Meksiko, que...
Su frase es callada por los labios de la latina. Se separa, y ella toma su control. Gamer Over suena. –Je, te dije que ganaría. ¿Te gusto mi estrategia?
-Me encanto, espero que no la hayas usado antes.-Alemania le acuesta en su regazo, se miran frente a frente.
-mmm, quien sabe.
-Meksiko.
-Es broma, es broma. ¿Otra partida?
-Pero sin estrategia.
-ok,ok. No usare mi arma secreta. Enséñame como haces ese truco.
-Oprimes así, y así.
Continuaron jugando ya muy entrada la noche.
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Amorometro Alemex
AléatoirePorque el amor también se puede medir. Una mexicana que frutas vendia, a perense asi no era. México, la latina mas alegre de América, se enamora de Alemania. Y dice: Lo quiero pa'mi.