Faltaba poco para la última reunión pero Alemania recorría los jardines. Queria encontrar a México. La frase dicha por la tricolor era indicio qué había leído el mismo libro que el. Además había dicho que era bueno. Y es que nadie sabía que en realidad el chico era tímido. Ya en varias ocasiones había reprimido sus deseos de platicar con otros por no encontrar un tema en común. Ahora surgió una oportunidad. Vio a la tricolor sentada en una mesa ( si, encima).
Alemania se acerca. Al estar a poca distancia ve como la chica no está sola, hay otras naciones, latinos, a su alrededor. Aterrado se esconde tras una esquina.[¿Por qué rayos te escondes Alemania?] - piensa en sus adentros. Sin querer comienza a oír la conversación.
-Ya dinos, ¿No tienes a alguien en tu corazón de pollo?
-Pues si hay alguien.-la chica tricolor juguetea con sus dedos apenada.
-Ahh, lo sabíamos- se escucha una burla general ante el sonrojo de la tricolor.
-¿Quién es? Seguro es alto. Eres débil para los altos.
-Puede ser, puede ser.
-Vamos a ver... USA, Canadá, ¡Rusia!
-Basta.
Empiezan a reír.
[Son cosas privadas, debería irme. En otra ocasión le preguntaré sobre el libro] - Alemania da un paso para alejarse.
-Puede ser cualquiera, menos Alemania.-sentencia Argentina al momento de comer una papa frita.
Alemania se detiene.-A canijo ¿Por qué no puede ser Alemania?
-¿Cómo que por qué? Porque es Alemania: el hijo de nazi, un sádico, psicópata, raro.
-¿Cómo puedes hablar así de él? Fuiste amigo de Nazi.
-Corrección, me obligaron a ser amigo del ese, ese señor. Y tú tienes un dicho: de tal palo, tal astilla. Seguro que Alemania heredo su mala sangre, deberías alejarte de él.
-¿Acaso te caíste de bebe o no tomaste suficiente leche?-México le mira con reproche.
Todos se ríen de la broma mientras Argentina hace puchero. México cree oir algo desde la esquina. Se levanta de la mesa, al ver no hay nadie detrás. Se encoge de hombros. Los latinos le recuerdan la última reunion.
La junta transcurrió sin contratiempos. México veía hacia Alemania.
-Oye USA, como que Alemania se ve raro. - tira de la manga de su vecino de escritorio.
-Yo lo veo igual que siempre. Concéntrate o nos regañaran por tu culpa. - susurra el de franjas y estrellas.-¿Algo que compartir, Mr USA? - detiene su discurso la organización azul.
-Nothing. - El de franjas y estrellas se hunde en su asiento al sentir la mirada de todos sobre si.
Incluso Alemania mira. Luego mira a México. Pero al encontrarse sus miradas el desvía la vista.
Al terminar la junta México piensa en la reacción del tudesco. Rusia le da alcance.
- Мексика, ¿puedo pedirte un favor?
-Tú habla tripaloski
-¿Le llevas esto a Alemania? Me dieron esto para él pero voy tarde a una reunión.
-Claro mi poste pero me invitas los tacos luego.
-Hecho, gracias Mek. Mira él luego se concentra demasiado en su trabajo que no escucha el timbre, ten una copia de la llave. Me la devuelves mañana, adiós.- el más alto le da una palmada en la espalda a la latina (la cual le duele) y se va.
México va hacia la casa de Alemania. Toca el timbre, nadie sale.
[Quizás no está en casa. Le dejaré el papel en la sala]
México usa la llave que le dio el ruso. Entra. Ve la sala. Casi no hay decoraciones, los tonos grises reinan en el lugar. Hasta se siente frio. Pero ella está emocionada, está en el mismo lugar en el que vive su crush. Respira profundo reteniendo el aire el mayor tiempo posible.
[Ah, este la sala en la que él descansa. Ya México concéntrate... Pero... Puedo dar una miradita. Solo una pequeña]
Emocionada comienza a caminar. Anda por la cocina y la sala. Con curiosidad camina por el pasillo qué lleva a las habitaciones.
Al avanzar comienza a oir murmullos.
-[¿Alemania esta aquí?] Perdón Alemania. Rusia me dio su llave. Me encargo entregarte algo.
Empuja la puerta entreabierta. Ve a un Alemania sentado en el suelo, llorando.
Se acerca presurosa.
-Alemania, ¿Qué te pasa? ¿Te duele algo?- México se arrodilla frente al chico, examinandolo.
-¿Qué? ¿Qué haces aquí?-sorprendido el teuton intenta limpiar sus lágrimas.
-Te traigo unos documentos. Pero dime ¿Qué sucede?
-Nada, no es nada.-gira dándole la espalda.
-Dime, por favor.
-No deberías estar aquí.
-Ya se. Entre sin invitación hasta tu cuarto. Solo...
-No. Me refiero a que no deberías estar aquí. Junto... Junto a mi.
México solo ve como la espalda de Alemania comienza a temblar. Entiende que ha empezado a llorar de nuevo.
-¿Por qué dices eso?
-Porque soy malo, peligroso.
-Alemania, vamos. ¿Tú peligroso? Eres la persona más buena que conozco.
-¡Mentirosa!- Alemania golpea con sus puños el suelo al encoervarse. El grito y las acciones del chico hacen estremecer a México.
-¡Escuche lo que los demás decían de mi! Siempre lo he escuchado. Que soy el maldito hijo de Nazi. Que mi existencia es un error. Que soy como el. Que soy como...-La última frase susurrante se que da en sus labios. Cierra sus manos mientras deja que las lágrimas que escurren de sus ojos cerrados caigan al suelo.
Alemania siente desesperación, miedo, soledad.
Pero algo le sorprende. Siente como es envuelto en unos brazos. México le abraza.
-No eres como él, eres un ser fantástico y maravilloso.
Sorprendido alza la mirada. México le sonrie mientras limpia las lágrimas de sus mejillas.
-¿Tu no me odias?
-No te odio. Eres increíble, Alemania. - lentamente le lleva hacia su pecho.
El tudesco eleva sus manos para intentar alejarse.
-Pero me odiaras, estoy seguro.
-No, no lo hare. Estoy aquí contigo. Siempre lo estaré.
La mexicana acaricia con ternura la cabellera del chico. Este se queda estático por unos instantes para luego abrazarla con fuerza. Lanza un sollozo profundo. México intenta qué sus lágrimas no caían, sin éxito.
-¿Por qué me odian Mexiko?-hunde su rostro en el hombro de la chica.
-Yo no te odio Alemania. Estoy aquí contigo
Ella repite esto en varias ocasiones sin dejar de acariciarle el cabello. Como una madre consolando a un pequeño. Mientras el sigue llorando como si nunca lo hubieses hecho. México se pregunta cuantas veces antes él lloro en soledad, sin un abrazo reconfortante. Sin alguien que le dijera que estaba a su lado.
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Amorometro Alemex
RandomPorque el amor también se puede medir. Una mexicana que frutas vendia, a perense asi no era. México, la latina mas alegre de América, se enamora de Alemania. Y dice: Lo quiero pa'mi.