Aceptar

321 45 5
                                    

Alemania ve el rostro de México; unas lágrimas bajan por las mejillas de la latina.

- das Verzeihung/ Perdón. No quería, no quise, solo, solo deja de llorar.

-No estoy soñando.

-¿Eh?

-Tú, ¿me dijiste que te gusto, que me quieres?

-sí, lo hice. Te quiero, te amo.

-Entonces, ¿tú también me quieres?

-Claro que sí. Espera, ¿Dijiste también?

-Si, a mí me gustas, me has gustado desde hace tiempo. Yo creí, creí que tú, que tú solo.

Los brazos del alemán le envuelven. Siente la calidez y escucha los latidos apresurados del corazón del tudesco.

-Qué alivio. Y ¿Qué hay con Australia?

-¿Qué hay con él?

-¿Acaso él no iba a pedirte que fueras su novia?

-No. Me encargo que le hiciera un anillo para la chica, creo que es Paraguay, creo.

-y yo creí. Ah, que idiota soy.

-Fue romántico, nunca me imaginé que me robaras. Espera. Ah, no le entregue el anillo a Australia. Vamos.

México le toma de la mano y comienzan a correr. Alemania corre detrás, al principio un poco sorprendido, pero cambiando su semblante a uno feliz.

Amorometro AlemexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora