En la mente del otro

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Lo negritas son pensamientos de Alemania, lo subrayado de México.

Alemania termina de cambiarse. En su cama se encuentran una gran cantidad de ropa.

¿No estaré muy formal? Tal vez debería usar algo más casual. Ella me dijo que me veía bien.     ¿Abra descansado bien? Espera, ¿desde hace cuando me preocupo por cómo me visto?

Se retira del espejo. Vuelve unos poco minutos después.

¿Estará bien mi cabello? Ya Alemania anda.

Espera recargado en la puerta de la sede, algunos se le quedan viendo curiosos. Revisa su reloj.

¿Sera que no vendrá hoy tampoco? Pero si ella me dijo...

-Ah, llego tarde.

Los ojos del tudesco se iluminan. México aparece corriendo, viste de manera diferente. Lleva un blazer con una playera debajo, un pantalón de vestir y zapatos de tacón corto.

-Buenas Alemania. –sonríe.

Ay, dios. Se ve tan bien. ¿Sera que vino a encontrarme? México quita esas ideas de la cabeza.

-Viniste, quiero decir, Guten tag. ¿Entramos? Casi empieza.

-Vamos.

Empiezan a caminar uno al lado del otro.

Se vistió diferente hoy. Se ve tan linda. Me pregunto si las heridas de sus manos ya sanaron. ¿Las estará tratando de forma adecuada?

-Am, Alemania sobre ayer, bueno.

-No tienes que decirme nada. – Alemania sigue caminando mirando al frente.

Wow, es tan genial. Cualquier otro ya me hubiera regañado.

La junta transcurre con normalidad. Dan un descanso para un almuerzo.

Rayos, olvide mi cartera. Y hoy que no desayune por vestirme bien. Jode.

-Am... Mexiko. ¿Quieres ir a comer algo?- Alemania esta a su lado.

Eres un angel caído del cielo. No México, no sean encajosa.

-Vamos, yo invito.

Que digo ángel, eres un pinchi dios...

-Gracias.

Están sentados en una banca. Ambos escogieron una crepa. Él una salada de jamón y queso y ella una dulce de mermelada de zarzamora.

-¿Esta rica? – le pregunta el tudesco.

-Si, esta buena. ¿quieres?- México extiende la mano, acercando su crepa.

Alemania le mira algo desconcertado.

-Ay, perdon. Fui...

El alemán de da una mordida a la crepa. La comisura de sus labios se pintan de morado por la mermelada.

-Esta rica.

Wahhh, Alemania, ¿Qué haces? ¿Por qué mordiste así la crepa? ¿No se enojó?

Le mira.

-Si, esta rica. Tienes mermelada.

-¿Dónde?

Un dedo limpia la mejilla del alemán, retirando la mermelada. Estático Alemania mira como ella lleva el dedo a la boca.

México le voltea a mirar. Se levanta de golpe.

-Gracias por la crepa.

Empieza a correr.

México, ¿Por qué lo echas todo a perder?

-Mexiko.

Ella ya va a una distancia considerable.

Debí, debí de haber dicho algo. ¿Por qué lo echas todo a perder Alemania?

Amorometro AlemexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora