Me confesé al chico equivocado

Capítulo 6.

Mi vista estaba nublada, no sabía si era por el gran golpe de la cabeza que me había dado Trevor o por el hecho de que ya era madrugada y estaba cansado y adolorido.

Creo que podían ser ambas.

Todavía estaba en la cocina, estaba solo y amarrado a una de las patas de la mesa ¿Cuánto tiempo llevo inconsciente? No tenía idea alguna ¿Y Alexa? ¡Joder! Traté de removerme lo más rápido posible, pero me era imposible desatarme, bufé molesto.

Esto era una auténtica película de terror ¿Dónde estaba mi héroe en estos momentos? Quizá olvidándose de mí. Deseché ese pensamiento al darme cuenta lo dramático y sin sentido que sonó.

¿Por qué tuve esperanza en que Damon me iba a venir a rescatar? No nos conocemos y para él solo soy un niño ingenuo, como me dice siempre. Es tan irritante. Es irritante darse cuenta de que Damon me quitó el aliento la primera vez, enamorándome de su atractivo. Y ojo, de su atractivo, no de él. Son cosas muy distintas. Es como cuando por la calle ves a alguien muy guapo y después de que pasa por tu lado suspiras porque sabes que jamás lo volverás a ver.

Es irritante saber que él siempre tuvo razón con lo de Andree. Es irritante tener que ver sus mensajes y en que todos me ponga nervioso. Es irritante ver como no puedo proteger a mi mejor amiga, llegando a la necesidad de llamar a Damon. Es irritante, todo de él.

Y es mucho más irritante que tenga éste tipo de reflexiones en mi cabeza sobre él. Sacudí mi cabeza y me concentré en el verdadero problema. Divisé un cuchillo de cocina al frente mío, en el estante de arriba. La pateé rápido, antes de que me escuchara Trevor. La cuchilla cayó y la atraje hacía mí con mi pie.

Me desaté del fuerte nudo y froté las marcas que me habían dejado las sogas.

Caminé sigilosamente, tratando de hacer el menor sonido. Porque si Trevor me oía, me mataría sin dudar. Empecé a subir la escalera, pero sentí una mano que me tiró hasta dejarme apegado a una de las paredes más próximas.

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal, asustándome. Me imaginé que era Trevor y que me había encontrado y que este era mi deprimente y rápido final. Abrí los ojos, con inseguridad. La mano ya había sido removida de mi brazo y había sido traslada hasta mi boca, impidiéndome hablar.

Cuando abrí los ojos completamente, unos ojos esmeraldas invadieron mi campo de visión, haciéndome temblar. Esos ojos se me hacían tan conocidos y a la vez tan detestables.

―No hables ― Damon quitó su mano de mi boca y yo traté de recuperar aire.

Me tomó de la mano y nos escabullimos por detrás del sillón.

Todavía estábamos tomados de la mano.

―¿Sabes dónde está? —me preguntó.

―Está arriba supongo. Estuve inconsciente, creo ― hizo ademán de soltarme de la mano, pero yo negué con la cabeza y apreté su mano, en señal de que no me la soltara.

Lo único que quería era llorar, llorar de miedo y de impotencia.

Los ojos de Damon me examinaron, soltó un suspiro y quitó su mirada de mí.

―Estás muy helado.

―¿Dónde está Alexa? ―pregunté, ignorando lo que había dicho.

―No estoy seguro. Una de las puertas está rota, él debió forzarla y haber ido por Alexa. Pero creo que está en el cuarto matrimonial, el que está al lado del de donde está ese tipo ― asentí, temiendo lo peor ¿Cómo la sacaríamos de ahí? ― ¿Quién es él?

Lo miré extraño. Cierto, jamás le había dicho quién era.

―Ex novio de Alexa, él la engaño, le mintió, y ahora está obsesionado con ella. Pero ya no lo veíamos hace mucho tiempo, no sé porque volvió... ― mis piernas comenzaron a moverse intranquilamente ―. Debemos ir y sacarla ¿Qué pasa si él le hace algo? No lo podría soportar, y esto es por mi culpa, por no ser más valiente y enfrentarme a él. Soy un idiota, ahora Alexa está en peligro y—