Capitulo 26

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ANDREY:

Me encuentro de rodillas ante la diabla ya que lo prometido es echo.

Al saber que ella se encontraba de vuelta lo primer que hice fue ir a su oficina y encontrarla a ella tan sensual como siempre.

Paso mi lengua por entre medio de su pliegues vaginales saboreando sus jugos que salen a causa de lo que yo provocó.

Está sentada sobre el escritorio, con la piernas abiertas para mí deseosa de recibir todo lo que yo tengo para darle y déjenme decirles que es mucho.

-¿Ellos te hacen sentir como lo hago yo? -digo para luego agarrar entre mis dientes su piercing y alarmo un poco para hacerla jadear por lo que hice y lo que ella siente.

-Mierda -dice ella en una jadeo agarrando mi cabello entre sus manos para que no me despegue de ella.

Posicionó dos de mis dedos en su entrada y hago círculos en su entrada de la misma forma en que ruedo mi lengua sobre su botón de placer.

Adentro mis dedos un poco y los saco lentamente torturándola por mis movimientos lentos, mueve sus caderas para sentir más fricción o que yo acelere mis movimientos pero coloco mi mano sobre su vientre y la presión para que deje de moverse ya que no haré lo que quiere.

Esto será a mi manera no a la de ella, esto es de quitar mis ganas ya que las de ella por mi quiero que crezcan.

Aceleró los movimientos con mis dedos y de la misma manera lo hago con mi lengua, escuchando como sus gemidos crecen y como su respiración se acelera.

Mi polla está que no soporta un minuto más dentro de mi pantalón.

Sus paredes vaginales se contraen y eso solo hace que mis dedos aumenten más el ritmo ya que se que está cerca de llegar y yo estoy deseoso por comer todo lo que ella me dará.

Explota con un grito, un grito que pronuncia mi nombre de una forma deliciosa y ese es el único nombre que tiene permitido gritar, jadear y gemir de ahora en adelante.

Cuando acaba no trago sus jugos, lo que hago es girarla en un movimiento brusco, pegando su pecho sobre el escritorio sin importarme en lo más mínimo si quebramos el escritorio de cristal.

Sus está de rodillas sobre el escritorio con el pecho pegado a la superficie del escritorio y las piernas abiertas para mí dándome una espectacular vista desde aquí.

Paso una de mis manos sobre su glúteo mientras la otra está en su espalda baja para que no se levanté ni se quite la posición en la que la tengo.

Luego de pasar una cuantas veces mi mando sobre su glúteo, con la palma abierta la golpeó fuerte dejando rojo el lugar lastimado, ella solo jadea de gusto.

Veo como su coño gotea a causa de lo húmeda que está y de su recién orgasmo, paso mi dedo sobre su entrada y tomo un poco de sus jugos y los llevo a mis labios saboreando lo rico que son.

Vuelvo a golpear su glúteo más fuerte y su grito lo es también, no me tengo y golpeó un glúteo y luego el otro escuchando como ella gime por mis golpes.

Veo como su piel toma un color rosa que me enciende a mil, bajo mi rostro y paso mi lengua sobre su piel lastimada se siente calienta por los golpes recibido pero se que ella lo está disfrutando.

-¿Dime Vane quieres más golpes? -pregunta mientras saco mi lengua para pasarla sobre su otro glúteo lastimado, ella mueve la cabeza en afirmación pero yo quiero escucharla -habla Vanessa quiero escucharte -digo para luego tomar entre mis dientes un poco de su piel y morder la.

-¡Maldición si sigue así quiero más! -dice jadeando.

Bueno creo que le gusta lo rudo y hoy se lo daré, aunque yo no sea así del todo.

Cruel Deseo (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora