No me importaba en lo absoluto complacerte, quizá seguías siendo la perra retorcida y caprichosa que habrías sido en el pasado, pero yo sin duda era muy diferente. No importaba el mal trato pues fuera de un sonoro ── Khaaaal... ¡Mmght! ... Tan... Ght... Repentino ~ ── Sonrei victorioso aún debajo de mi velo inútil de anonimato.
¿Podrías soportar verme justo ahora, ver el cuadro que estábamos representando?, Todo dependía de eso, la vista debía hipnotizar te como el baile de una cobra, igual de letal, extraño y especial. Tire una de tus piernas y te giré sobre de tu espalda ignorando por completo tus quejas, finalmente lo único que te anclaba a la cama era el collar y la correa los cuales podía reacomodar se fácilmente a cualquier postura, sin embargo, el resto de tu cuerpo era libre para mí, debía ser torturado y escaparías de entre mis manos, esfumando te como el humo.
Abrí tus piernas en descaro sin cuidado alguno, exterdiendoles para dejarte expuesto, los objetos que habían sido llevados a la cama y permanecían ausentes por el momento habían rebotado por la cama, incluso uno de estos había sido el lubricante. Si no ibas a hablar te iba a obligar a ver por lo que arranque la venda de tus ojos, tome el tubo de lubricante y le eleve en el aire abriéndole despreocupado mientras te veía ajustar tus ojos de nuevos la escasa iluminación de la habitación.
──... Tsssk... No entiendo... ¿Porque no me hablas...?... ── Mencionabas torpemente mientras cubrias tus ojos pestañeando duramente antes de levantarlos a tientas donde yo, aún abrazabas esa perturbante almohada, aunque quizá era yo quien estaba fuera de lugar, giré mi rostro de forma lenta y perturbadora, buscaba hacerte estremecer, llevarte al punto de la extrañeza, dónde todo fuera lo suficientemente excéntrico como para que no pudieras adivinar mi siguiente movimiento.
Tu miembro palpitaba dolorosamente erecto en el medio de tus piernas y fue lo primero que viste junto con la.imagen borrosa de aquella máscara extraña, entonces presione el contenedor en mi mano y líquido frío cayó desde tu miembro deslizandose hasta tu entrada obligante a volver a morder aquel malvavisco artificial completamente intrusivo en el medio de nosotros dos, no dejaré que nada nos separe, si quiera un accesorio molesto.
Te tomo un minuto completo deslumbrar el total de todo, lo hinchado y rojo de tus pezones impuestos ante la presión de aquellas pinzas, lo duro y necesitado que lucía tu miembro a pesar de haberse ya corrido una vez, mi miembro erecto en el medio de aquel cuero y lo anormal de mi forma de follarte, luciendo tan salvaje y extraño al sermoneador pelirrojo que conocías, estiraste tus manos torpemente hacia mis brazos intentando empujarles pero el toque se volvió suave de pronto al entrar de golpe en tu cuerpo sin aviso alguno, al igual que como había entrado.
Tenías la respuesta frente de ti y podía ver tus pupilas contraerse hasta casi desaparecer, intentabas adivinar cuando, ¿Cuando me habría vuelto quien era ahora?, Cómo, ¿Cómo es que nunca antes te habías dado cuenta que algún día estaría revolviendo aquel sitio sucio donde sueles defecar hasta hacerte babear como una perra barata?; Y porque, algo que yo mismo me había cuestionado por tanto tiempo, ¿Porque yo?, ¿Porque ahora?, ¿Porque así?.
No hay razón, todo es un chiste, así como lo fueron años, cientos de horas de burlas y bromas perversas movieron cosas poderosas en mi, creando el cultivo de petri perfecto para proliferar lo que te tenía dominado justo ahora.
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Delirio y obsesión (Kyman) South Park
FanfictionEs extraño explicar cómo inicio, juegos que a los escasos diez años sonaban simples y burlescos, hoy en día les razonó más mundanos y sombríos. Bromas que a nuestra corta edad perdían proporción o la ganaban con suma facilidad. Así cuando fui engaña...