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Me miraste suplicante, sosteniendo apenas con fuerza mis muñecas después de arañar todo cuanto estuvo al alcance de tus manos, entonces cerraste tus ojos ambos en par consiguiendo me robar el aliento, arranque la máscara de látex de mi rostro y mientras que jadeaba aún penetrandote lleve mi rostro hasta donde el tuyo con mi lengua extendida y boca bien abierta. Lamer tus lágrimas era demasiado delicioso, más aún porque eran lágrimas llenas de placer y terror, justo lo que "recomendó el doctor".

Reí para besar suavemente aquellos labios que respiraban aún en su inconsiencia al soltarlo, no duraría demasiado pero era algo y repetirlo causaba un poco de diversión dañina en el cerebro, aún así no importaba quería crear una cicatriz, un trauma, justo en tu memoria, al fondo de tú mente, rompiendo todo orgullo para que no pudieras rechazarme o ignorame más.

Si Cartman, soy un sucio judío, avaro y manipulador. Lo quiero todo, todo de tí y para conseguirlo llegaré hasta donde deba corrompiendo toda moral o conducta social moralmente aceptada. ¿Porque?... Porque maldición tenías verdad, todos podríamos ser moralmente responsables, responsables en sí, con el ambiente, con su familia y con uno mismo. Pero ahí no hay recompensa, creí ser un mártir pero... Demonios, quiero ser feliz y esto me hace feliz, llevarte al borde de la muerte me hace feliz y no pienso pedir perdón.

── Volví mi pequeño cerdito, creí que como lo estabas haciendo tan bien... Ha! Podía ser una  MMGGHT! ~  mosca traviesa revoloteando alrededor tuyo. ── Era demasiado liberador, ser el verdugo del villano, me daba cierta libertad de ser retorcido, me libraba de toda responsabilidad moral podía ser absurdo y estúpido. Mencione divertido cerca de tu oído antes de soltar la cadena de tu cuello, dando una fuerte estofada cuando aquel gemido que interrumpió mi discurso el cual ahogue al morder el borde de tu lobulo, haciéndole sangrar.

Sangre, cierto había sangre en ti, dentro de ti, preciada sangre y también quería un poco de ella, re lamí la zona disfrutando el metálico del líquido, sonriendo al poco con exquisita satisfacción, pero había más y lo sabía, deslicé mis manos por tus hombros hasta tus pechos, apretandoles, juntando les, asemejandoles a los de una mujer, junte tus pezones y les chupe a la vez de golpe succionando los, estaban aún con sangre y podía succionar un poco para al menos ver si salía un poco más, apenas un dejo de sabor.

Sostuve una de tus rodillas empujando tu cuerpo al borde la cama, dejando solo tu cabeza caer, volví a penetrarte con fuerza, con la furia y la sed que no podían abandonarme, entonces te abofetee, no lo pensé solo lo hice y pude verte despertar atolondrado, sonreí con dulzura apenas un segundo, en el futuro recordaría grabar mejor esa imagen un mi memoria al despertarte con el desayuno en la cama.

Pero eso sería después, había mucho tiempo libre en el futuro y una sola noche para apostar lo todo si esto fallaba seguramente jamás volveríamos a vernos. Mi mano ahora estaba libre después de hacerte despertar por lo que le lleve a tu grueso miembro para masturbar lo finalmente no cedería hasta el amanecer, estaba todo planeado. Incluso en esta posición con el esfuerzo y tu cabeza boca abajo, con toda esa sangre en tu cerebro seguro permanecerias mareado aún después de poder respirar, aunque e de advertirte, no puse ese collar en tu cuello solo para contener te, de igual forma me ayudara a no solo quebrar tu tráquea como si fueras nada para mí al dejarme llevar.

Delirio y obsesión (Kyman) South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora