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Me levante y camine para ponerme a lado tuyo. Te abrace fuerte, tu no terminas de entender que este es un juego mental que planee por demasiado tiempo, escuchaste un clic, coloque lo mas rápido que pude un collar de broche alrededor de tu cuello. -¿Judío que son todas estas cosas?- Intentaste quitar esa pieza de cuero de tu cuello, pero un seguro de llave que retire al momento ya había sido activado.

-Eric, ¿que tan feliz estarías de oírme admitir todo lo que dices de mi pueblo?- Aproveche que te pusiste a meditar, entonces volví a levantarme, así como recogí el resto de objetos que habían caído de la mochila. Fui directo a la cama llevándome todo a cuestas.

-Estaría muy complacido...- Te ví, estabas seguro un tanto sonrojado, con tu mano tocando tu barbilla en un lindo gesto.

-Voy a hacerlo, si tu y yo jugamos a que eres un cerdito- Saque de mi maleta el resto de los objetos que estaban en la maleta, un lubricante, una pequeña bola vibratoria y una liga penial. Te escuche protestar desconfiado, no es como si no hubieras escuchado estas mismas palabras antes de un sucio pelirrojo. -Un trato es un trato-

Lo que tu pides es estúpido, podría recitar una sarta de mentiras como un marioneta que recita una obra que ya fuere escrita. Tu solo necesitabas tener la seguridad de que esto que pasaba con nuestros cuerpos no tenia nada que ver con el hecho de que fueras superior o no, al final tu ilusión de ganar te daría la seguridad para estar tranquilo con cualquier tontería que se me ocurriera. Sentí que tenia demasiado tiempo para probar los limites de tu razón, pero no eres una bestia fácil de domar.

-A tomar por culo Kyle, esto se acaba aquí- Estabas por quitarte la venda de los ojos, igualmente ya te habías levantado, buscando recuperar primero tu vista antes que tu dignidad, no te permitiría hacerlo, todo es mio.

Corrí a tomar tus manos y te empuje al piso, en mi mano tenia una correa que uní a tu collar con otro sonido metálico, entonces tire de ella para acercarte a mi y jale con mi otra mano la cadenilla que sostenía aun tus pezones erectos. -Esto no se acaba, hasta que yo lo diga...- Me gustaría decir que no estaba mintiendo cuando dije esto, pero la verdad algo de mi confianza se había evaporado.

Un gemido sonoro salio de tu boca y tus piernas cedieron llevándonos a ambos de rodillas, las drogas gracias a dios estaban a mi favor, provocan dote mas sensaciones de placer que las que tu cordura pudiere controlar. -....Déjame ir...- Una suplica mundana, viniendo de un ser tan endemoniadamente podrido, seria lo mismo que afirmar a tu favor y dejarte ir pensando que eso solucionaría algo en la vida de los dos.

-Eric...., voy a hacerte mio quieras o no- Mas que una amenaza era una promesa, aun podríamos tener sexo y yo perderte para siempre, pero mi propósito clave era poseerte de toda forma imaginable, ambas ideas no compaginan.

Delirio y obsesión (Kyman) South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora