Salimos del instituto y decidimos separarnos, egoístas e impulsivos como siempre corrimos despavoridos a una vida que apenas era medianamente real.
Todos pensamos calar círculos más acordes a nuestros gustos recordando más nuestras diferencias que las similitudes que de niños nos unían. Pero es normal en la adolescencia las hormonas siempre abren grietas y cuando todo eso pasa siempre es demasiado tarde. Sin embargo me niego a eso.
Jamás sabrás que me e vuelto está bestia terrible que está cazando te lentamente, él tu del pasado se mofaría en mi cara y me obligaría a admitir lo equivocado que estuve siempre.
Pero demonios. Nadie sabe nada de la vida hasta que se ve enredado en las cosas más absurdas que está tiene.
Veo una foto tuya que descargue de tus redes sociales, habías salido con Butters quien curiosamente decidió mantener tu amistad, como una pequeña rémora se sostuvo del primer tiburón que vio cerca.
Kenneth estaba demasiado ocupado explorando cada tipo de sexo o droga creada en el mundo descubierta o por descubrir y muchos de los otros personajes fuertes de nuestra infancia simplemente se alejaron lo más posible de South Park.
Butters había sido en un momento brillante de su persona, lo suficientemente inteligente como para tomarte una foto sin que te dieras cuenta, sosteniendo una botella de cerveza en tus manos y veías reflexivo la costa. La luz brillaba perfectamente sobre tus ojos perdidos en la nada, un ojo azul y uno café un aspecto que te hace ya a esta edad bastante exótico. Una camisa azul celeste unos tirantes y un pantalón de vestir.
Fue más tu orgullo que tu sentido de supervivencia, en vez de llorar como siempre por alguna ayuda. Cuando te viste en la necesidad de pagar tu carrera universitaria, al contrario de toda probabilidad decidiste hacerte responsable de tu persona. Decidiste trabajar y estudiar al mismo tiempo, por eso en esta foto traes el típico atuendo de un trabajador mediocre. Me gusta, en ti toma un aspecto diferente, es más un disfraz que tu verdadero rostro. Me encantaría ver esa furia, ese brillo de rabia y venganza en tus ojos. Pero la edad te convenció a optar por una postura más amable, inteligentemente se acopla a tus dotes de manipulación para mantenerte como un buen vendedor.
Eh recorrido los días que perdí a tu lado en la internet, has vendido todo tipo de objetos, podría jurar que en algún momento vendiste hasta tu alma y está idea me hace erizar de felicidad.
Me visto y me despido de mi madre a la que pronto no veré tan seguido, vivimos relativamente cerca, se que ahora compartes departamento con Butters. Tu madre se a vuelto a casar, los Stotch al fin se separaron su padre al fin salió del clóset y está casado con un señor.
Tengo mis sospechas pues yo destrozaría cada centímetro de tu cuerpo si viviera contigo, pero recuerdo al joven rubio, no hay cabida de maldad en el joven rubio de joven y por todo lo que puedo deducir de su vida en la internet. Al parecer eso no a cambiado mucho.
Salgo y tomo el metro, iré a verte sin que lo sepas, solo quiero ver qué ninguna persona interfiera en mis asuntos contigo.
Al caminar se que no me aproximare, analizo mis acciones pero las consecuencias son nulas y las recompensas atractivas.
Puedo verte estoy a media cuadra de la puerta de tu entrada, nada mejor que la tecnología y un celular con un foco de aumento, puedo verte con mi celular a pesar de darte la espalda.
Es diferente recordarte e imaginar a ver de frente la manera en la que se ondea tu cabello con el viento, por de nuevo tu estruendosa voz que sale de esa garganta robusta que quisiera comprimir con mis manos. Ver esos ojos, esos ojos que apenas vieron mi espalda parecieron reconocerme. Pero actúe lo más natural, sin dejarme ver acomode mi chaqueta, guarde el móvil y camine, parecía que ibas a seguirme inclusive oí que parabas tu conversación y diste un par de pasos hacia mi dirección. Te imagino aclarando la vista y ridiculizando la idea en tu mente, pensando "Que carajos haría Kyle aquí?".
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Delirio y obsesión (Kyman) South Park
FanfictionEs extraño explicar cómo inicio, juegos que a los escasos diez años sonaban simples y burlescos, hoy en día les razonó más mundanos y sombríos. Bromas que a nuestra corta edad perdían proporción o la ganaban con suma facilidad. Así cuando fui engaña...