── .... ¿De que mierda estás hablando Butters..?... Todas las tardes me encierro en mi habitación, mi madre y yo siempre salimos el día de mi cumpleaños... No a hablado contigo una sola vez en años y... ¡Yo jamás me acostaría contigo sin importar cuan drogado este! ¡¿Y sabes porque?! ¡Porque eres asqueroso, un maldito gusano que se pegó a mi zapato! ── Estaba aliviado, quizá demasiado escuchando que eras solo mío, pero por igual podía ver en los iris azules y completamente desiguales de Leopold, el como podía descubrir sus propios recuerdos siendo rotos.
Esas horas, sus días y noches donde habría estado hablando solo, creando una relación contigo que no existía más que en la mente perturbada del rubio quien te dejo hablar mientras que sosteni su cabeza fuertemente, se habría puesto el casco característico del Profesor Caos, hecho de aluminio el cual ahora rasgaba con sus dedos, sus manos sangraban y su rostro se cortaba ligeramente con el papel de tan áspero material, cuando terminaste de gritarle comenzó a reír, una risa que lleno completamente el lugar y parecía ser sacada del vientre de algún demonio.
── ¡ERES.... UNA PEEEEE~RRA MENTIROSA! ── Levanto al fin la cara mirándonos a ambos antes de caminar frenetico dónde tu lado para abofetearte con todas sus fuerzas a lo que tiro la silla que te sostenía y rompió tu labio en el proceso, cuando estuviste en el piso comenzó a patearte y las lágrimas brotaron de mi ojos, grite con todas mis fuerzas intenté moverme pero mi silla estaba anclada incluso al piso, lo mire, había sido más listo que yo, estaba aún más enfermo. ── ¡Déjalo!, ¡Basta!, ¡Leopold Butters Stotch, detente!, ¡TE LO SUPLICO, ALTO, DEJALO Y VEN POR MI! ── Nada atraía su atención y podía sentir mi corazón salir de mi garganta, había millones de cosas alrededor y nada al alcance de mis manos, ahí a tan solo unos metros mi enamorado estaba siendo abatido como una plaga y no podía hacer nada o eso creí, quizá podría detener un poco lo inevitable.
── ¡ALTO PROFESOR CAOS! ── Entonces te detuviste, ahoge un suspiro, casi me sentí aliviado pero aún no estabas cerca mío y lejos de él, aunque le dió tiempo de tomar aire, toser sangre, mi sangre... La que acababa de prometer a mi y solo a mi. Asentí, había atinado, debía atraer su atención, no importaba nada siempre y cuando Eric pudiera contar esto otro día.
── ¡HAHAHAHAHAHAHA! .... ¡Mierda, AL FIN! Un estúpido que sabe mi nombre ── Se giró hacia mi dirección, inclino ligeramente su cabeza sonriendo igual que antes, tan dulce a pesar de llevar sus zapatos sucios con sangre, aunque antes ya lo habría hecho en el tap, esto era un nuevo nivel. Ibas dónde yo y me encogi hasta cerrar mis ojos a lo que me pasaste de largo y volví a quedar atonito, ignorando de nuevo el peligro inminente por ver si Eric estaba bien, pero no lo parecía, nada más haya de una paliza y volví a moverme en mi asiento, no podía observarte desde mi ángulo o no lo quería así, luchaba por alcanzarlo, como siempre tan cerca y tan lejos. Justo dentro de mis garras y aún así lejos de mi manos, siendo imposible para mí tocarlo de nuevo, besarlo, hacerle temblar, pensaba en todo lo que perdía cuando un ardor acompañado de un dolor ensordecedor domino mi cuello.
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Delirio y obsesión (Kyman) South Park
FanfictionEs extraño explicar cómo inicio, juegos que a los escasos diez años sonaban simples y burlescos, hoy en día les razonó más mundanos y sombríos. Bromas que a nuestra corta edad perdían proporción o la ganaban con suma facilidad. Así cuando fui engaña...