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Puedo verme en el espejo, ¿cuántos espejos han reflejado mi rostro?. Puedo recordar el baño de mi casa, el de la tuya, baños de hoteles, escuelas, hospitales. Cuántas veces y ahora me siento alegre de ver mi reflejo, es estrambótico. Una máscara de látex negra, tengo unos ojos de mosca verdes que imitan a mis ojos esmeralda, para respirar tengo un respirador similar al de las máscaras de gas, me acaricio el rostro cubierto y la piel extra de látex se siente sensual. Me gusta sentirme un poco atrapado y a la vez ser libre de hacer cualquier porquería porque nadie puede ver mi rostro.

El señor esclavo estaría celoso de mi, pues yo soy un tanto más delgado de lo que fuera el, así como menos musculoso; mi cuerpo es más andrógino a pesar de mi edad y altura. Llevo un top de cuero con un cuello alto que solo cubre mi cuello y mi pecho una correa de cuero que complementa el top, sostiene todo y divide mi espalda. Un bóxer pequeño de una tela metálica color plata sobre de estás las tiras de las chaparreras. Mis compañeros nada menos que un gato rosa de látex con un pompón de pelo rubio con un traje de colegiala con algunos arneses. Por el otro lado un panda con un pompón de cabello color castaño con un conjunto de enfermera de látex en blanco y negro. 

La música sonó y todos salimos, pude oírte abuchear, reí como todo un mocoso pero gracias a dios nadie podría verme con la máscara,  ¿bailar es natural para los homosexuales?. No lo se, quizá también tenga la culpa el que sea de Jersey. Es interesante como pequeñas cosas se clavan en nuestra memoria. Pude ver cómo no fue mi cabello está vez, digo, hay muchas personas pintándose el cabello. Hoy lo que me distinguió fue mi perfume, que llego a ti por fortuna en una extraña brisa.

Fue el aroma a "Rosas", hacerte esperar afuera fue solo una diversión personal, también quitarme este maldito peinado era vital si iba verte. Hacer cosas que jamás imaginarias así pude estar frente de ti, bailar y divertirme al ver cómo aún así me buscabas entre las mesas, entre el público.  Me permitieron salir al club a tomar una bebida con solo ponerme una camisa encima. Soy de Jersey y mientras más crezco más intento explotar ese problema para mí conveniencia. vestirme mal o de una manera muy sexual sin mucho sentido puede ser algo bueno cuando vas a un club nocturno.  Esta ves solo un antifaz negro con una mira blanca para ocultar mis ojos. Quiero quitarte siempre algo, esta vez quiero que me veas y a pesar de ello aún quiero ocultar te el verde profundo de mis ojos.

Metí todo en un bolso que colgué en mi espalda tras ponerme mi gabardina ahora totalmente abierta. Salí a bailar al club y solo basto salir un poco para que los chicos se me acercaran a intentar invitarme una bebida, puedo jurar que hasta aquí te oí gruñir a pesar de la música ruidosa, verte molesto fue genial pero a pesar de ello estuviste expectante a mis movimientos. Acepte bailar con un grupo de jóvenes en el centro de la pista, mi ropa abierta y ceñida que no dejaba mucho a la imaginación fue bien recibida y sin desearlo volví a atraer la atención de muchos, te retiraste al baño ya cansado de ver cómo flirteaban conmigo. 

Pedí una cerveza en  la barra mientras que seguro intentabas tranquilizarte remojando un poco tu rostro. Esos ojos furiosos, uno celeste y el otro marrón. Me voltee en el momento justo pues comenzabas a sentarte a lo que me acerque y aventé mi mochila en tu regazo.

-¡Maldicion Kyle!, Tu gorda madre judía lloraría sangre si viera lo que hiciste hace un rato.- me reclamaste poniendo el objeto entre nosotros en el asiento corrido.

-No, mi gorda y judía madre no podría creerlo aunque lo viera- te sonreí descarado apoye mi rostro en una de mis manos mientras que tomaba el tiempo suficiente para verte reaccionar ante mi falta de enojo y la aceptación de tus insultos. Creí que ibas a replicar pero solo chasqueaste tu lengua y desviaste la mirada.

-No entiendo tanto teatro Kyle, ¿tanto querías verme?- Bebiste de tu baso de Whisky y te quedaste pensativo viendo el cristal,  con el ceño fruncido. Esto era muy divertido pero aún no quiero perder la compostura, hice a acomodar un riso rebelde y aproveché para sonreír con malicia mientras.

-No- Mi respuesta te sorprendió casi te vi respingar y volteaste a verme con tus pupilas dilatadas en esos ojos exóticos. -No, es solo verte, pero no es el momento... O el lugar- mi insinuación no fue disimulada, incline un poco mi cuerpo hacia ti sobre mi mochila.

Pero siempre hay un idiota merodeando, solo que en esta vida debemos ser creativos para aprovechar su estupidez. Un chico rubio y bronceado de bien ver nos interrumpió -Disculpa, dulzura, ¿este hombre aburrido te está molestando?- Pensar que enserió hay simios a los que les resultan estos juegos verbales me sorprende. Apretaste tus dientes,¿ podrías quebrarte los por mi?. Sin embargo aproveche a mover mi mochila a detrás mío y subi mis piernas a las tuyas para abrazarme de tu cuello como toda una damisela necesitada.

-Mas bien, yo lo estoy molestando a él - lamí tu oreja frente a el, tapaste tu boca rápido, no dejarás que un extraño escuché esa voz lastimera que sale de tu boca cuando estás vulnerable.

Si pudieras desaparecer lo harías, enrojeciste tanto que incluso tu cuello se torno levemente carmesí y cerraste los ojos mientras que levantabas los brazos, como si fueras encontrado por la policía. Solo pude reír. -Carajo Kyle, quítate no se que hacer con mis brazos- te vi bajarlos para intentar quitarme de encima pero sostuve tus manos poniendo las mías sobre las tuyas y las coloque suavemente a los costados de mi cintura.

-¿Tantos años y te has vuelto precavido?- gire sobre de mi muy tranquilo balanceando mis largas piernas que ahora colgaban al descansar mi cuerpo sobre el de Cartman. Tome tu vaso de licor, un trago largo en mi boca y una pastilla de un pequeño contenedor de mi gabardina.

Me voltee frente de ti, me acerque a tus labios y te mire fijo para pedirte permiso. -¿Mas drogas Kahl? - Ese nombre..., casi trago y arruinó todos mis planes. Pero calar en tu mente con juegos rebuscados y retorcidos es lo mejor para encadenarte a mi lado. Te vi re flexionarlo, quizá te imaginaste negándote a mis caprichos y yo desapareciendo de nuevo. Quizá solo odias la idea de las drogas, ¿malditos hippies, no?. Aún así me besaste molesto, desesperado; espere paciente y al poco introdujiste tu lengua en mi boca permitiéndome verter el whisky y la pastilla por tu garganta.

-Siempre puedes negarte....-  susurré apenas a unos centímetros de tus labios al separarnos.

-Sabes que no puedo Kyle...- te oí decir con toda sinceridad en tu voz con tus ojos suplicantes. Rogabas a dios que no hiciera algo horrible y no lo haré. Prometo solo herir tu ego y cuerpo de maneras que te provoquen placer, pero solo eso.

Delirio y obsesión (Kyman) South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora