Los hermanos, parecía algo confundidos, pero quería saber de que se trataba, entonces que mas que mandar a su madre a averiguar, la albina mayor, no paria muy feliz de la decisión pero a ella también le convendría saber la verdad.
La pareja estaba sirviendo la comida, mientras que los demás llegaban, la cena paso con "tranquilidad" ya que los únicos que la pasaron incomodos, fue Lisener y Enji, sabiendo que la albina se quedaría en la casa, los prometidos deciden irse de allí por la noche, no quería incomodar, después de todo el mayor de los hermanos no estaba en buenos términos con la pareja.
— de verdad se van a ir? —
— Fuyumi, solo será esta noche, así que bueno no te preocupes
— Por mi se pueden ir — dijo riendo el chico albino
— Natsuo!!
— Perdón...!
A la casa del bosque no irían era muy noche para caminar por allí, no les tocaba de otra que ir a "dormir" a un hotel. Ya en este, piden la habitación y suben con tranquilidad. Y bueno, ya en la puerta de la habitación el mayor, comienza a besar a la chica, quien corresponde los besos con la misma desesperación del contrario.
— Sabes... no podía esperar mas~ te necesito como nunca
— Enji~ yo también te necesito
Al hombre carga a su amada, y la lleva a la cama, sin dejarla de besar, poco a poco van desapareciendo las prendas.
— te preparare antes~ no quiero dañarte~
El pelirrojo, desliza uno de sus dedos, dentro de la chica, esta sin mas comienza a gemir, algo que al mayor le gustaba, comienza moviéndolo.
— Ahg~ Ahh! a-amor
— me encanta verte así~ pero... — sin previo aviso introduce un segundo dedo
— Ahh! M-mierda!!
— cariño, estas caliente~
Este sigue moviendo sus dedos, cada vez mas rápido, la chica se aferra a su amado, arañando su espalda y gimiendo sin control, hasta que esta termina corriéndose, y el mayor saca con lentitud sus dedos de ella.
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𝐿𝑎 𝑆𝑒𝑛̃𝑜𝑟𝑎 𝑇𝑜𝑑𝑜𝑟𝑜𝑘𝑖 | Eɴᴅᴇᴀᴠᴏʀ
FanfictionUna Pequeña siempre soñó en poder llegar a ser una mujer casada con el amor de su vida, su amigo de la infancia era el afortunado, nadie mas que ella conocía la dulzura de su corazón, pero, había algo que los separo, la distancia y la edad. Ella era...