IMPERIO 51.

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Hoy entregan los resultados de mi examen del internado en el hospital y ya no puedo con los nervios aun cuando Marcus y Adriano han hecho de todo para que me calme. Hace seis meses vivimos los tres juntos en una hermosa casa diseñada por Adriano. La casa de nuestros sueños.

Tenemos una hermosa husky que se llama Misty no ladra prácticamente para nada. Al inicio pensamos que no podía ladrar, incluso la llevamos al veterinario, pero si puede, es solo que no quiere.

Solo hace sonidos de cachorro consentido o llora, pero desde que la tenemos con nosotros no la hemos escuchado ladrar ni una sola vez. Quizá le da vergüenza y solo lo hace cuando no hay nadie. Es mi lógica ante eso.

— Todo va a estar bien gordita y lo sabes. — Comienzo a caminar por toda la habitación.

— Eres la mejor doctora mamá. — Mi bebé ya tiene ocho años.

— Obvio que lo es monstruo. — Chocan sus manos entre ellos y yo no dejo de ver mi email.

— Papá, se va a desmayar. — Se ríe.

— Es que lo voy a reprobar, estoy segura. — Cuando me comienzo a morder la uña me quita la mano de la boca.

Ambos saben perfectamente bien cuando estoy nerviosa y hoy es un día de esos en que quiero comerme las uñas, llorar, salir corriendo, hacer pis y vomitar.

— Gordita, nos tuviste a ambos haciéndote las mismas preguntas un millón de veces. — Estoy por comenzar a llorar y el email no llega.

El último año fue muy difícil para mí y aún más cansado. El internado en el hospital es muy, muy difícil. El año anterior Adriano tuvo varios proyectos fuera del país y tenía que viajar constantemente pero cuando pudo dejar de hacerlo nos mudamos a esta hermosa casa.

Élite Constructions es un hecho desde hace dos años y medio. Ahora se están preparando para la inauguración en Qatar que será en cuatro meses. Mientras que yo estoy a punto de hacerme pis encima esperando unos malditos resultados de un examen. Aun no puedo creer que Adriano y yo llevemos cuatro años y medio juntos.

Mi computadora suena avisando la llegada de un email y los tres corremos a abrirlo.

Aitana Ivanova.
Bienvenida al programa de residentes del Hospital Memorial Káiser en Nueva York.

Comienzo a saltar como loca en medio de gritos de felicidad y abrazo a Adriano antes de comenzar a sollozar.

— Te lo dije gordita. — Me da un rápido beso antes de que mi bebé quiera abrazarme.

En cuanto me pongo en cuclillas para poder abrazarlo todo me comienza a dar vueltas, luego todo se vuelve oscuro.

— ¿Qué te pasa gordita? ¿Estás bien? — Me ayudan a ponerme de pie y de nuevo me mareo, pero mucho más. — Te dije que estar tan preocupada por esto te iba a ser mal. — Adriano me carga para que me recueste, pero todo sigue dándome vueltas.

Esto es lo que haber pasado cuatro años estudiando medicina y luego un año de internado hace. Me deja a punto de desmayarme en el día más increíble de mi vida y el cual estuve esperando desde que entré a la universidad.

— Mamá, ¿Te sientes bien? Estás muy pálida. — Niego. La verdad no me siento nada bien. Todo me da vueltas.

— Te vas a quedar con Luisa monstruo, voy a llevar a mamá al médico. — Luisa es quién nos ayuda en la casa y sobre todo con Marcus. Es su nana.

— Estoy bien. — Me incorporo y de nuevo todo me da vueltas, por unos segundos todo se me pone oscuro. Es obvio que no estoy bien.

Antes de que me pueda dar cuenta Adriano me mete en el auto y yo no sé qué me pasa. Durante el camino al hospital sigo algo mareada pero ya es muy tarde para protestar, primero muerto antes que regresar a casa cuando me siento mal.

AITANA. (Imperio #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora