IMPERIO 31.

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Ver ese resultado fue lo más horrible que he tenido que pasar. Dentro de mi crece un bebé que es hijo de Oliver, producto de cada tarde o noche que me violaba para que no hiciera públicos esos estúpidos vídeos.

Quería salir, llamar a mis papás y decirles lo que de verdad estaba pasando, que no quedé embarazada por un descuido o por irresponsabilidad y mucho menos por amor. Quería sentirme protegida bajo los brazos de papá. Solo quería que mi vida volviera a ser como antes de conocer a Oliver. Quiero sentirme segura bajo los brazos de papá, lo necesito más que nunca.

Al día siguiente debo ir a ver a Oliver antes de irme a Rusia y de nuevo el asco cada vez que me toca. Antes de que pueda pensar lo que estoy haciendo comienzo a golpearlo. Necesito sacar todo lo que tengo en mi interior.

— ¡Eres un hijo de puta! Acabas de arruinar mi vida. — Detiene mis manos y me da una bofetada. — ¡Estoy embarazada! — Grito antes de que me golpeé y retrocede dos pasos.

— Te di las putas pastillas, si te embarazaste no es mi problema así que ve pensando en abortar y de seguro ni siquiera es mío.

— ¡Me violas cada vez que se te da la gana! — Sollozo y me lanza a la cama.

— Es que es eso o que tu familia te vea con mi pene en la boca o follándote. — Sollozo cuando me penetra.

Odio sentirme en esta situación en la que tengo que soportar que haga con mi cuerpo lo que quiera para que mis papás no vean esos malditos vídeos. De nuevo me hace sentir ese horrible dolor cuando siento su pene entrar en mi trasero.

— Cuando regreses de Rusia en donde seguramente vas a seguir de puta quiero que te deshagas de ese problema. No planeó follarte estando gorda.

Esa misma noche me despido de mi familia y de Adriano para ir a Rusia con mi abuelo Yakov y los hijos de mi tío Danielle. No dije ni una sola palabra de mi embarazo hasta saber lo que iba a querer hacer con él. Una vez más les mentí a todos, pero es que no tengo opción.

El vuelo siempre es cansado y aunque las primeras horas finjo estar animada por estar con mi abuelo algunas horas después ya no tengo que fingir pues me quedo dormida.

Rusia es un país que me encanta y si en invierno no se convirtiera en un congelador me encantaría vivir aquí. Mi abuelo Yakov vive en Moscú así me encanta visitar la Plaza Roja. Es una ciudad impresionante en todos los sentidos. Mi abuelo Edmon vive en San Petersburgo, pero aun así prefiero Moscú solo por la Plaza Roja.

Aunque cada día me divierto estando aquí los síntomas del embarazo se hacen presentes y mi abuelo comienza a darse cuenta, pero sobre todo Ágata. Me comienzo a sentir cada vez peor y lo oculto lo mejor que puedo, pero es imposible, no soy capaz de controlar las náuseas y mucho menos con el jugo de naranja.

Hoy voy de compras con Rachel y por supuesto compró algunas cosas para Adriano o jamás me lo perdonaría. Todos los días hablamos a una hora prudente para ambos considerando la diferencia de horario. Algún día quisiera visitar Rusia con él a mi lado.

Durante las cuatro semanas que permanezco en Moscú pienso mucho sobre mi embarazo hasta que llegó a una conclusión. Quizá estando embarazada Oliver se olvidé de mí.

Cuando bajo del jet en Nueva York y veo a mis papás todo se viene abajo al saber que les tengo que decir sobre mi embarazo y no podré ocultarlo por mucho tiempo. Comienza a notarse e incluso algunos de mis jeans ya no me cierran, blusas que antes me quedaban un poco sueltas ahora me quedan un poco ajustadas. Mamá ha pasado por tres embarazos, por supuesto no voy a poder ocultarlo.

Abrazo a papá en medio de sollozos, creo que esto les parece extraño y mamá se preocupa de inmediato. Me preguntan una y otra vez que pasa, pero solo niego contra el pecho de papá.

AITANA. (Imperio #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora