IMPERIO 42.

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Hoy es el primer día de Marcus y las gemelas en preescolar y ahora entiendo lo que mi mamá sentía al dejarnos en el colegio. Yo tengo diecinueve años y mi pequeño bebé casi cuatro años. Para mí desgracia no pude evitar que creciera.

— ¡Mami! — Entra corriendo a mi habitación y sonrío al ver a mi bebé. — Dice papá que bajes a desayunar o vamos a llegar tarde.

Marcus no le dice abuelo a papá, en todo este tiempo él ha sido su papá y así lo llama.

— Ya voy mi amor. — Se pone a mi lado y no necesita decirme lo que quiere. Me inclino para darle un beso en la mejilla.

Es su primer día de clases en el preescolar y también es el mío en la universidad después de las vacaciones. Hace un año entre a la NYU para estudiar medicina.

El tiempo paso demasiado rápido y mi bebé creció igual de rápido. Hubiera querido que siguiera siendo un bebé, pero no recién nacido, lloraba mucho y no me dejaba dormir. Es una etapa a la que no quiero volver, aunque lo ame con toda mi alma. Quiero que vuelva a ser pequeño, pero cuando tenía seis meses.

Adriano sigue estando a mi lado. Ha hecho de todo para que me sienta segura a su lado, pero sigo sin estar lista para tener una relación a pesar de que han pasado más de cuatro años desde que pasó lo de Oliver. Ha sido muy paciente conmigo y sé que en algún momento se va a cansar de todo esto. Marcus lo adora y viceversa.

Amo a Adriano, me siento segura a su lado, pero no me siento lista para tener una relación ni con él, ni con nadie. Me da miedo que las cosas no funcionen por segunda vez y que en esta ocasión me duela mucho, que esta vez sí lo pierda, es lo último que quiero.

En la universidad conocí a Johan, Luca, Eleanor y Skye. Han sido mis compañeros y amigos este último año. Lexie se fue a estudiar a Italia gastronomía y la verdad la extraño mucho, aunque seguimos en contacto a diario. Jamás se ha olvidado de Marcus y de hecho él la adora e incluso la llama tía Les, pues no puede llamarla Lexie.

— Te amo mami. — Las lágrimas comienzan a caer cuando estamos frente a las puertas del colegio. No quiero dejarlo aquí solito.

— Y yo a ti bebé, mucho. — Me abraza.

Justo ahora no quiero que se quedé aquí. No tiene ni cuatro años aún, pero también entiendo el punto de mamá. Medicina es una carrera muy demandante y al menos estando algunas horas aquí se va a distraer. En cuanto comenzó a ser consciente lloraba mucho cuando yo me iba al colegio. Odiaba dejarlo solo y yo también quería llorar cada vez que me despedía de él. Fue demasiado difícil para ambos.

— Aitana, suéltalo. — Me pide papá, pero me niego a dejar a mi bebé. — Va a estar bien mi amor.

— ¿Seguro que te quieres quedar aquí? — Si me dice que no juró que me lo llevo.

— Si mami. Así tú también te vas al colegio para que seas la mejor doctora. — Vuelvo a abrazarlo y me da un beso en la mejilla.

Cada vez que me dice algo así recuerdo las palabras de la ginecóloga. Marcus es quién me va a amar incondicionalmente, aunque muchas veces me he equivocado siendo su mamá y siento que aún me voy a equivocar algunas cosas más. Yo aprendo de mi bebé y él aprende de mí. Somos el equipo perfecto.

— Vale, que tengas un buen primer día bebé. — Le doy otro beso en la mejilla.

— Tú también mami. — Creó que debimos llegar una hora antes para poder despedirme de él.

— Tú las cuidas, ¿Vale? — Le pide papá poniendo de pie a Aria y Aislinn.

— Vale papá. — Les da un beso en las mejillas. — Te quiero Nonna.

AITANA. (Imperio #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora