AITANA. (Imperio #2)

IMPERIO 66.

Adriano sale de cirugía una hora y media después, quizá poco menos de dos horas sin complicaciones mayores, pero aún no sé nada de Ian y eso me está volviendo loca, además que no ayuda para nada que no me dejen ver a Adriano.

Mi abuelo me pidió disculpas pues realmente puede ser algo impulsivo cuando se trata de temas del hospital, aun mas cuando la demanda por negligencia sigue reciente. La verdad es que no le tome mucha importancia. No planeaba pelear con mi familia en estos momentos que es cuando más los necesito.

Pasan casi tres horas más para que me digan que Ian esta un UCI, no me asusta pues es lo normal después de una cirugía. Mi bebé estuvo en cirugía por poco más de cinco horas.

—Ian sigue siendo un niño y el golpe que sufrió en el abdomen produjo una hemorragia abdominal, daño el bazo y tuvimos que extirparlo, fue la manera en que controlamos la hemorragia, sabes que... — Interrumpo a Francia.

—El hígado se desarrolla un poco más para actuar como defensa, así que no es peligroso. — Asiente.

—Tu esposo presento ruptura de vesícula debido al impacto en el accidente. Ambos están estables Aitana, pero sabes que deben permanecer en UCI por lo menos el resto del día. La pediatra de Ian lo estuvo monitoreando durante la cirugía y lo hará durante su recuperación, puedes estar tranquila.

Una vez que le doy las gracias y me advierte que jamás vuelva a interrumpir así en su quirófano se va y yo vuelvo a sollozar abrazando a papá, pero esta vez es de alivio.

Por estar en UCI no me puedo quedar en la habitación con ellos, pero aun así no me muevo del hospital, por supuesto que voy a tener licencia hasta que ambos estén bien. No sería capaz de trabajar mientras mi esposo e hijo se están recuperando de cirugías.

A la mañana siguiente los pasan a la misma habitación para que Ian no se asuste pues no le gustan los hospitales y mucho menos las agujas. Además, así puedo estar con ambos.

—Mami. — Ian se despierta confundido y tomo su mano. Adriano sigue dormido.

—Aquí estoy mi amor, no te levantes, ¿Vale? — Asiente un poco confundido aún.

—Mami, me duele. — Se pone la mano en el abdomen y quiero llorar.

Preferiría que tuviera gripe. Preferiría ser yo la que sintiera el dolor que él siente. Haría cualquier cosa para que mi bebé estuviera bien y jamás tuviera que pasar por esto.

Una enfermera viene a poner en su suero un medicamento para el dolor y unos minutos después se queda dormido. Por supuesto tuve que hablar con él hasta que se calmo un poco, su presión se estaba elevando.

Es un escenario intimidatorio para mi bebé, le gusta venir algunas veces conmigo al hospital, pero no le gusta ser el paciente. A mi no me gusta que lo sea.

—Casi me matas del susto. — Sollozo en silencio cuando Adriano despierta, intento no despertar y mucho menos asustar a Ian.

Habían salido del dentista, la lluvia incluso caía con granizo, no me di cuenta pues estaba en quirófano, Adriano se iba a detener hasta que se detuviera un poco pero un taxi los impacto. De todos los accidentes que hemos tenido los últimos días taxistas han sido responsables, no tengo nada en contra de ellos, es su trabajo y se respeta, pero me molesta que no conduzcan con cuidado, sobre todo mientras llueve de la manera en que lo ha hecho. Deben respetar la vida y seguridad de todos los demás.

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Los dejan salir del hospital cuatro días después en sillas de ruedas. Para suerte de ellos su mami y esposa es doctora así que encantada los voy a cuidar. Serán los mejores pacientes que tendré en la vida. Creo que a nadie voy a cuidar en la vida mejor que a ellos. Por supuesto que en el hospital no me dejaron estar en sus casos, solo estaba como lo que soy: su madre y esposa.