Capítulo 1 [Acto 1: La nueva Sociedad]

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Mientras que la mitad del grupo caminaba en círculos viendo las comodidades de la casa, la otra mitad revisaba el papeleo y la evidencia del buen comportamiento del aspirante a la academia.

Obviamente los padres observaban más a los curiosos merodeando para asegurarse que no se robaran nada, que al mismo director que, de vez en cuando, hacía preguntas ocasionales.

-Al parecer no ha seguido la dieta que se le impuso pero su conducta es impecable ¿Presentó algún problema para ustedes? .- El director seguía hojeando todo el extenso expediente pero al no recibir una respuesta pronta levanta la mirada a los tutores.- Eh ... Señor y Señora O'Brien no es por ser descortés pero llevamos 2 hrs revisando estos expedientes y estamos exhaustos, ¿les interesa su hija o mi compañero Jinmu?

El famoso cazador a su lado no pudo evitar reír pero ante la severa mirada del director finge toser y sigue revisando más hojas.

-No, no hemos tenido problemas con la dieta, sólo se ha negado a beber las píldoras algunas veces, pero no ha lastimado a nadie. Y no, no me interesa su compañero, sólo creí que de dónde venían eran educados y no robaban bienes ajenos.- Replicó la Señora O'Brien. Una mujer de entre 30 y 35 años, con cabello castaño claro y sus ojos por igual.

-¿Eh? Si sólo estaba viendo ¡¿Qué está tratando de...?!

-Basta Jinmu, mejor pon tu trasero aqui y ayudame, ustedes también.- Yagari se levantó del sofá y le dio los papeles a los demás cazadores. Ahora él se encontraba merodeando en la sala, y para su sorpresa, encontró la razón por la que se distraen tanto el resto del grupo, había en cada esquina un ramillete de hojas secas de romero amarrados con cabezas de ajo.- ¿Para qué quieren esto? ¡Es absurdo!


Después de unas hojas más el director levantó su mirada y dejó de lado el expediente. Con algunos gestos le indicó a Yagari que no dijera más comentarios en voz alta, después de todo era su casa y debían respetar sus "supersticiones".

-Director Cross, ¿está lista para ir a estudiar al país oriental? - Preguntó el señor O'Brien con cabello castaño y con ojos negros, tenia la misma edad que su esposa, la señora O'Brien.

-No encontré nada grave en los reportes e informes, más que el cambio de alimentación. Pero me preocupa más su ... actitud que vaya a tener con los compañeros de Clase Nocturna.

-Estará bajo la supervisión de más cazadores ¿No? Además, ella debe responsabilizarse de sus acciones.- Comentó indiferente la señora O'Brien.

-Sí, pero ustedes saben que la Sociedad Vampírica tuvo un pequeño colapso el año pasado, y el surgimiento del Nuevo Consejo puede tener varias complicaciones con la Sede de Cazavampiros. Y todo esto que estamos haciendo es "bajo la mesa". Un error y pondrían en peligro a su hija y a ustedes.

-Estamos al tanto de lo que pasó con los Sangre Puras y todas sus absurdas leyes, pero lo mejor es que ella se vaya con ustedes y se relacione con los de su "clase". Ella decidió meterse con esos demonios, ahora debe afrontarlo.- El señor O'Brien hace un ademán con su mano como gesto de fastidio.

-Eso ocurre cuando se alejan de la mano del Señor.- Habló en voz alta la esposa.

Los cazadores sólo intercambiaron miradas de extrañeza hasta que el director se encontró con las miradas de los padres.

-¡D-De acuerdo! Entonces si se ha portado bien desde la última visita, entonces veamos a la jovencita.- Dice despreocupadamente el director Cross.

-Anciano, ¿no ves que esta gente está loca? - Susurró el cazador.

-Relájate Yagari, sólo veremos a un discípulo que dejamos de visitar, ¿No será un lindo reencuentro? -Esboza una amplia sonrisa y se levanta del sofá.


La señora O'Brien se levanta del sofá y guía a los cazadores. Sólo Yagari y Kaien siguieron a la madre. La casa no era muy grande pero el pasillo parecía eterno, y aún más largo al bajar unas escaleras que daban al oscuro sótano. Mientras llegaban con la futura aspirante charlaban en voz baja los cazadores.


-Anciano, escúchame por un momento, si ella viene con nosotros al país, se va volver loca. Sabes bien qué pasó la última vez que estuvo cerca de un demonio chupa sangre. Nuestras armas anti-vampiros no le hacen efecto.- Susurraba con el director pero ahora en su idioma natal para que la señora O'Brien no los entendiera.

-London es la ciudad más segura del mundo, y eso es porque ella es "diferente", tiene algo que hace que los vampiros le teman y se tranquilicen. Si conseguimos averiguar qué es o cómo lo hace, el orden y la paz al fin se conseguirá...Fue tu idea de traerla.-

-Sí, pero impuesta por una niña que no se sabe controlarse nos terminará matando. Y si tu estúpido amigo Kuran se entera que planeamos esto a sus espaldas nos declarará la guerra .-

-Tengo fé en ella.

-Tienes fé en que podrás controlarla.- Contestó molesto Yagari.

-Caballeros.- Voltea la madre de reojo. No tiene idea de lo que estuvieron hablando por el idioma.- Un momento esperen aquí.- Habían llegado a una puerta pero ella entró sola a la habitación y cerró rápido.


El director suspira de cansancio

-Yagari, me consta que ha tenido muchas dificultades. Pero ¿cuándo atacó a un humano? También me preocupa que no podamos domarla con todas nuestras herramientas, y más por el lugar donde va estar y por quienes van a estar en la academia pero es buena chica, merece una segunda oportunidad para encontrar su lugar en el mundo y sentirse bien.-

-Yo te lo dije ¡No abras de nuevo la Clase Nocturna! Pero nunca me haces caso.-


Se escucha que giran la perilla de la puerta, entonces Yagari se apresurá a dar sus últimas advertencias.

-Un día no podrá contenerse y no podrás evitar que muerda a un humano.


La puerta se abre, la señora O'Brien se hace a un lado para dejarlos pasar. La habitación estaba medio alumbrada, solo había dos focos que iluminaban el lugar, uno para el baño y otro para la cama. El director avanzó al fondo de la habitación con pasos lentos, Yagari por su parte estaba muy atento a cualquier movimiento.

-Mira nada más, ¡cómo has crecido preciosa! .- Exclamó con voz alegre y llena de energía.

La joven de 18 años se encontraba sentada frente a una mesa con un libro abierto frente a ella giró rápido hacia la voz familiar. Su piel y largo cabello eran tan blancos como la nieve, pero sus claros ojos azules, de intenso color era lo único que pudiera demostrar que quedaba algo de vida dentro de ella. De fino rostro y notablemente diferente a su familia.

-¡Sensei! - Corrió hacia Kaien y lo abrazó con fuerza.- Por fin pudo volver, ¡Lo extrañe!

La verdadera Reina de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora