Contra los miedos se llega a las estrellas

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*Zero*



Fingía estar leyendo en la esquina de la habitación, pero sólo me concentraba en cuidar quién entraba a ver a Lili.

Ella pensaba que moriría sola y abandonada. Aunque ciertas personas me desagradaban, como Isaya Shoto (sobre todo él por todo lo que él y Lili habían pasado juntos), el mocoso Shizuku Toma y la viuda Hanadagi, sus intenciones no parecían ser malas. Venían con regularidad por la buena relación que Lili había llevado con ellos. También habían venido Hanabusa, Sayori, la mayoría de los alumnos de la clase nocturna, Akatsuki, Ruka, Takuma, Maria, incluso Shiki-senpai y Rima-senpai. Ojalá pueda saberlo pronto, lleva más de un mes del secuestro y su intento de desaparecer y no ha despertado. ¿Estaría oyendo?

Todos los días, enfermeras mandadas por Hanabusa la revisaban para que todo estuviera en orden, pero de acuerdo al diagnóstico de Aidou-senpai ella sólo estaba dormida, como cualquier vampiro que duerme largos periodos de tiempo.

No dejaba que vinieran cuando quisieran como si fuera un zoologico, ella merecía descansar tranquila, sin ruido.

Y cuando se fue el maldito Isaya, Ivy entro y cerro la puerta de la habitación.

— Bueno, fue la última visita de hoy. ¿Qué tal el libro, Zero? No sabia que te gustaran los cuentos para niños. — dijo la chica de cabello negro mientras se acercaba a Lili y le retiraba la sabana.

Deje el libro cerca... No me habia dado cuenta que tuviera libros infantiles entre libros academicos.

— Sólo me distraia. — conteste mientras me acercaba al otro lado de la cama y le ayuda a doblar la sabana que cubria a Lili. Después la levante con mis brazos para que Ivy cambiara las mantas.

— Siempre le gusto los cuentos con dragones y hadas. — rió por lo bajo. — Siempre leía los mismos... Porque... — su sonrisa desaparecio y se llevo su mano al rostro para evitar llorar frente a mí. — ... Porque decía que le recordaba a los que ella visitaba en unas islas... Dioses como no me di cuenta antes.

— Ivy... No lo ignoraste a proposito.

— Lo sé, lo sé. — dijo sorbiendo la nariz y siguio tendiendo la cama hasta terminar. — Listo, ahora ayudame a cambiarla, las chicas estan ocupadas hoy en ayudarte en la Asociacion y los chicos no quieren ser impertinentes... No es como que ella se hubiera molestado en que la vieras sin ropa interior ¿sabes? Es decir...

— Esta bien! Ya entendi — respondi un poco cohibido y cortante pero Ivy solo rio. Y mientras yo sostenia a Lili ella cambiaba las prendas, pero sinceramente, yo cerraba los ojos. Cada y que estaba desnuda al cambiarla, seguia viendo sus heridas y la sangre en su cuerpo.

Cuando terminamos de cambiarla acerque una silla a la cama y me acomode para pasar una noche en la habitacion.

— Zero, intenta dormir esta vez. Yo me quedare un rato y después me suplira uno de los chicos. — propuso amablemente Ivy cuando toco mi hombro.

— Gracias Ivy pero lo necesitas más tu que yo. El tratamiento ha funcionado de maravilla en ustedes, y e alegro, estan teniendo rutinas y necesidades humanas sin sentir la necesidad hematofaga de los vampiros.

— Si... Lili estaria contenta de ello. — ambos nos quedamos viendo a la nada unos instantes hasta que Ivy me dio palmaditas y se alejo. — Bueno, al menos te traere la cena.

Cuando cerro la puerta me levante de la silla para ir por el cuento infantil.

— Así que habia dragones de donde vivias? Que espeluznante. — me volvi a sentar en la silla que habia puesto junto a la cama. — Cuando eramos niños Ichiru y yo, jugabamos a convertirnos en cazadores y el intentaba encontrarme entre los arbustos de la escuela a la que ibamos... Recuerdas algo de tu escuela? ... — era algo tonto hablar sólo pero Gaelle insistio en que lo hicieramos quien estuviera de guardia (por lo regular era yo). A veces me imaginaba que ella me contestaba. — Cuando llegaste aquí en verdad eras un dolor de cabeza, diario te metias en problemas. — rei por lo bajo. — Pero resolvias todo lo del pizarron.

La verdadera Reina de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora