Capítulo 3

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*Atención*

Este capítulo puede resultar incomodo para cierta audiencia, se recomienda discreción. Su propósito no es incomodar, sino ayudar a quién lo necesite.














Ichijou fue obligado a irse a la mansión de Shirabuki durante las vacaciones de verano. El único problema de la Clase Nocturna es que ellos regresaban a clases después de la Clase Diurna. Eso implicaba más sufrimiento para él.

El ser el títere o fiel de un sangre pura implica abandonarte completamente, los nobles con más años eran más astutos y no siempre caían en esa manipulación. Pero Takuma apenas era un joven de 19 a 20 años de edad.

Su mente ya padecía de demencia, o su mente disociada de la realidad en los momentos donde Sara Shirabuki lo obligaba a mantener relaciones con ella.

Antes solo lo obligaba a besarla y acariciarla. Pero sus obsesiones evolucionaron al punto de drogarlo con su sangre y mantenerlo dentro de ella por largos periodos.

Ichijou nunca creyó en las almas, pero en ese estado de esclavitud se sentía tan vacío que prefería estar muerto.

— Hola Takuma. — entró la hermosa sangre pura rubia a la habitación del vampiro. — Te ves terrible... — comentó con una sonrisa en sus labios mientras se acercaba al sofa donde estaba Ichijou.

— Por favor, Sara-sama... No.

— Oh, vamos. Te gusta, tus expresiones me lo dicen todo. — dijo Sara mientras se sentaba en el regazo de Ichijou y le desabrochaba el pantalón.

— Sara-sama. Por favor... — incluso la voz había perdido fuerza para el pobre.

— Ash... — Sara dejó de quitarle el cinturón y lo tomó de la quijada. — Takuma, no estés tan serio. Quizás un poco de sangre te vendría bien. — sonrío al mismo tiempo que le acercaba la palma de su mano ya con sangre en ella.

Incapaz de negarse debido al control sobre el pobre, bebió de la sangre. En cuanto el líquido carmesí entro en su cuerpo, fue incapaz de ver con nitidez, sentía dormido el cerebro, no podía procesar bien las palabras, todo le daba vueltas. Y entonces sintió el dolor, y el calor corporal de Sara.

— Por favor, déjeme. — por más que suplicará, la vampira rubia seguía moviéndose sobre el regazo negando que Ichijou saliera de ella. Conforme auentaba la velocidad de su cadera, Ichijou sentía más dolor. — ¡Shirabuki basta! — intentaba empujarla, pero la fuerza de una sangre pura era mucho mayor que un noble. 

— No te creo... Tus gemidos me dicen lo contrario. — refuto la vampira entre jadeos.

Ichijou se maldecía y se odiaba por ello, por más que se mordiera el labio no evitaba gemir. Nunca lo evitaría, era una respuesta natural del cuerpo. Un NO es un NO, era lamentable la situación del vampiro.

Justo en ese instante una sirvienta entró, y Takuma agradeció en su mente que fuera así.

— Sara-sama. Su majestad, Kaname-sama está aquí y quiere verla.

La verdadera Reina de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora