Anyi

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Una semana antes

El lunes había llegado pronto y yo necesitaba dormir más, pero no podía llegar tarde a mi empleo, andan reduciendo personal y si me despiden ahora moriría de hambre en un las calles, al final puse algo de música y me preparé mentalmente para el día, antes de desarroparme y empezar a prepararme.

Una ducha rápida mi conjunto gris de falda y el pelo recogido con un cintillo negro, un poco de base para ocultar las ojeras y un color en los labios para revivir la feminidad olvidada.

Tomé el metro aunque me gustaba más el autobús pero no tenía mucho tiempo si quería llegar antes de las 8 desafiando el tránsito, cuando llegue a la estación faltaban 15 para llegar y corrí un poco hacia el edificio azul de 7 pisos llamado "Ash & Pam buffet de abogados" mientras iba en mi trote casi sintiendo que iba a morir alcancé a ver una cabecita pelirroja en traje azul que tanto conocía.

-Shaneelllll- intenté gritar pero me estaba asfixiando.

-shaneeelllll- la llamé por última vez, y ella me había escuchado. Se paró a tomar aire y la terminé de alcanzar.

-Creí que era la única loca corriendo para llegar a las menos 10-me dijo y reímos juntas, mientras nos arrastrábamos al ascensor.

Shanel era mi mejor amiga desde que empecé a trabajar allí, recién graduada de periodista, ella llegó un mes después de mí, y nuestro interesante trabajo consistía en pasar como civiles normales y acércanos a gente importante para ver que se les zafaba, habíamos estado en apuros con un empleo como ese, pero era muy bien pagado y teníamos un chico que nos vigilaba siempre por si algo fallaba, participábamos en ruedas de prensa y a veces colaborábamos con los abogados de la firma. Los demás nos respetaban y admiraban porque ninguno de ellos se atrevía a dejar su escritorio para hacerse pasar por pizzero o por adolescente triste para acercarse a la gente.

Cuando llegamos a nuestra oficina ya habían unos papeles en nuestros escritorios, nos informaban que a pesar de los ajustes de la empresa conservaríamos nuestros puestos, pero que por el momento no tenían ningún caso asignado para nosotras.

-Muy bien! Ahora vamos a abrir el fb y a chismear un poco-dije.

-Tengo mucha tarea Mia, vas a tener que ayudarme- dijo Shanel poniendo su carita de perrito mojado, ella es muy bonita, pudiera tener un mejor puesto si no fuera porque es decente, tiene un pelo rojizo hasta los hombros y una tez bronceada unos bonitos ojos miel y es de personalidad agradable.

-Está bien-le dije, empezamos a buscar referencias para su tesis.

El día se fue rápido y me preguntaba hasta cuando estaríamos así, sin hacer nada. Shanel y yo nos despedimos en la estación del metro, y yo llegue a mi departamento cansada de hacer nada y sin ganas de hacer nada tampoco.

Empecé a vivir sola desde que me gradué y a los pocos meses conseguí mi actual empleo, mis padres vivían a unos kilómetros y no nos visitábamos mucho, yo vivía en un edificio feo, parecía que se iba de lado, por lo que es tan barato vivir aquí, mi apartamento es enorme y dentro no es feo, así que, lo que me sobra de mi sueldo lo ahorro todo, porque algún día, quiero comprar una mansión lejos de la ciudad.

Estaba planeando darme una larga ducha y pasarme la noche viendo películas, cuando me puse mi pijamas y elegía en cinefox que película vería, sonó mi timbre asustándome un poco mire mi celular y eran las 8:30, un poco nerviosa caminé a mi puerta y un perfume familiar me relajó, cuando abrí la puerta ahí estaba el,

-Me has asustado Eric- le dije y lo abrasé fuerte como si lo hubiera extrañado mucho. El me soltó y me acerco de nuevo, ya sabía que quería, pero no lo iba a dejar, forcejeamos un poco y al final fui yo la que lo sujeté por el cuello y lo besé.

-¿Por qué no huele a comida aquí? ¿Ya te ibas a dormir?- me preguntó divertido

-Hoy es noche de películas, no había pensado en comida- le sonreí

Y nos pasamos la noche buscando una película para ver, y lo único que pasó fue que empezamos a ver una y a mí no me gustaba y luego otra que a él no le gustaba, así paso la noche, hasta que el pidió una pizza y al rato se marchó, aunque quería quedarse, siempre tenía que obligarlo a salir.