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Sil me dejó en la universidad con la excusa de querer revisarle algo a la moto, yo lo miré triste fingiendo no querer separarme de él, el me beso despacio haciéndome dudar de mi plan y antes de dejarme hablar se acercó a mi oído mientras susurraba: te recompensaré, yo estaba temiendo el doble sentido de sus palabras, pero le respondí en el mismo tono -que no sea muy tarde...- el sonrió y se marchó, dejándome poco tiempo para seguirlo, él estaba en moto y yo andaba en un pequeño Audi que Frank me había ofrecido hacia un tiempo, pero esta vez lo necesitaba , encendí el auto y miré en mi laptop la ruta que llevaba Sil, le había puesto en la camisa un pequeño rastreador y rogaba porque no se cambiara antes de que yo lo alcanzara, me cambie la ropa por un vestido rosa y me maquille con pinta labios rojo todo fresco y jovial, me puse una peluca rubia larga, me miré al espejo sonriendo porque aún era buena en esto, sonreí mientras me ponía unas lentillas verdes y subí la música mientras me sentía otra persona al mirarme al espejo.


Silvano estaba en un edificio abandonado del barrio chino, no fue difícil alcanzarlo, el auto era potente y yo estaba emocionada, al llegar estacioné un poco lejos y me acomodé mientras esperaba verlo salir, el viejo edificio era una deteriorada imprenta en la planta baja y en los pisos de arriba parecía haber sido una tienda alguna vez,


Tenía 2 horas, observando el solitario lugar hasta que vi una moto estacionarse frente al lugar, una chica de un oscuro largo cabello sacada de una revista de modas, con su traje de cuero para moto y un color en los labios de chica mala, dejó la moto sin cuidado se adentró al lugar, suspiré, e imaginé que quizá solo era una reunión de malotes, pero había descubierto que Sil no era un simple malo, era un genio detrás de la fachada de un mujeriego despreocupado, se divertía en peleas ilegales, vendía autos robados y manejaba dinero, no me sorprendió que en la primera planta del edificio hubiera una imprenta, pero la verdad se veía muy arcaica para la calidad que demanda fabricar dinero, tome un sorbo de una bebida energética y volví a verme al espejo, estaba lista para salir en cualquier momento con mi cámara fingiendo estar investigando para la universidad, le envié un mensaje rápido a León para que estuviera cerca por si necesitaba ayuda, él era mi soporte por si algo salía mal.


Una hora más tarde salió la chica convertida en otra, con unos jeans ajustados un suéter sencillo y una mochila, rápidamente le hice una foto, y la vi alejarse con velocidad, supuse que la mochila era de dinero, y me mantuve alerta a la puerta, luego de unos minutos salieron unos chicos con uniforme de béisbol, sus bolsos con bates y guantes, sus gorras y lo típico de la indumentaria, los iba a dejar pasar, hasta que el más delgado miro en mi dirección, le sonreí coqueta sin mostrar mis dientes, el me lanzo un beso, y los vi subirse a un pequeño Nissan, eran a la vista un par de jóvenes de clase media de camino a su práctica, pero el maldito que me había lanzado un beso era Silvano, estaba segura, a pesar de que el también llevaba lentillas y tenía el cabello recogido y un maquillaje que lo hacía ver más joven.


Subí la música y me contagie de la euforia que me transmitía la canción Hey mama de Nicky Minaj, memoricé la placa del Nissan y le hice las fotografías necesarias mientras esperé que se alejaran un poco, tome mi celular y llame a León,


-Necesito cambiar de auto, me vieron-


-estoy a 10 minutos de ti, espérame-


Suspiré deseando que Sil no fuera muy lejos en lo que llegaba León, me puse un abrigo con gorro y me cubrí lo más posible, me puse unas gafas de sol y cuando escuché una bocina salí del auto con mis cosas y me subí al otro sin mirar a ningún lado.

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