Fortuna Negra [TERMINADA]

Capítulo 27

Harrigan estaba conspirando. Normalmente era una actividad en la que se entregaba con los demás, su frustración actual lo tenía reservado para sí mismo. De vez en cuando desahogaba su molestia con obstinados resquicios al hacer añicos un adorno desventurado cercano. No resolvió sus problemas, pero lo ayudó a relajarse y distraerse por un momento. Casi desde el nacimiento de Draco, el ex Director de Hogwarts había estado tranquilo, sin duda construyendo algo que pensaba realmente impresionante. Harrigan sabía que el hombre no estaría satisfecho con simplemente humillar a Harrigan, Orion y sus amigos, quería lastimarlos, incluso destruirlos.

Mientras tanto, Harrigan tenía la sensación de que algo iba a salir terriblemente mal. No sabía dónde, no sabía cómo, pero le picaba los nervios y lo distraía. Así que tramó, con la esperanza de cubrir todas las formas posibles en que la vieja focha podría atacarlos. No podía llegar a ellos a través de Regulus, el único estudiante que quedaba. Se le prohibió ingresar nuevamente a los terrenos de la escuela, se le soltó del departamento de educación y se retiró a la fuerza. Los miembros del personal que habían sido sus "aliados", por así decirlo, estaban bajo vigilancia, asegurándose de que no ayudarían al ex director a salir de algún sentido equivocado del "deber".

Sus intentos de generar entusiasmo y preocupación con un 'Señor Oscuro' también habían fallado. Thomas Riddle estaba en la prisión de Azkaban bajo custodia, guardia vigilante y varios dementores. Habiendo crecido en un orfanato muggle y con varios asesinatos en su haber, su reacción a los dementores fue aparentemente muy mala. Harrigan no sintió simpatía por el psicópata, felizmente habría tallado un camino sangriento a través de la Inglaterra mágica y muy probablemente se hubiera mudado a la Europa más grande si hubiera tenido la oportunidad.

La única forma en que el anciano podía atacarlos ahora era políticamente. Por el momento no había políticas que parecieran potencialmente peligrosas, pero quizás había algo escondido en alguna de ellas. Eso parecía probable, con toda la jerga política y legal en todas y cada una de las medidas propuestas, sería muy fácil colarse en algo perjudicial para cierto grupo de la sociedad mágica. Tendría que repasar todas y cada una de las ofertas propuestas para la próxima sesión del Wizengamot, que se reunió en menos de una semana.

Sería una empresa masiva, había casi veinte propuestas para este grupo, un número muy grande. Harrigan pensó que comenzaría en el medio y avanzaría hacia el final, teóricamente ese sería el lugar donde Dumbledore o uno de sus aliados políticos escondería algo dañino. En ese largo período de sesiones, la mayoría estaría cansada y mentalmente agotada, deseando que la sesión del día terminara. Sería muy fácil colar algo debajo de las narices cansadas y hacer que pasara.

Con el plan decidido, Harrigan se sentó en un cómodo sofá y pidió una taza de té caliente. También podría estar relajado y cómodo mientras trabaja a través de páginas y páginas de papeles muy aburridos. Harrigan hojeó los papeles, seleccionó el compás 10 y empezó a leer.

*

Orion Black encontró a su esposo recién embarazado siete horas después, dormido en el sofá con varias medidas extendidas en una mesa de café frente a él, otra página cubierta de notas. Con cariño miró a su pareja durante un rato, asombrado de haber encontrado a alguien como Harrigan tan tarde en su vida. Una parte de él lamentaba mucho no haberlo encontrado antes, mientras que la parte lógica de él recordaba que probablemente no tendría a sus dos hijos y su adorable nieto si eso hubiera sucedido.

Sin embargo, estaba muy curioso y emocionado por su hijo más nuevo. Sentía una gran curiosidad por saber cómo sería este pequeño, ¿tomarían el aspecto de Harrigan o el suyo? Esperaba que fuera más de lo primero, Sirius era casi su miniatura y Regulus no se quedaba atrás. La familia Black tenía una genética muy potente, combinada con su hábito de consanguinidad, lo que dio lugar a características muy singulares y sorprendentes. Uno no dudaba cuando una bruja o un mago tenían sangre negra en sus venas.