Sempiterno─《𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐡𝐫𝐨𝐧𝐢𝐜𝐥𝐞𝐬 𝐨𝐟 𝐍𝐚𝐫𝐧𝐢𝐚》

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Edmun junto con Amelia y el resto de tropas bajaron de la colina para atacar al enemigo, se abrieron paso entre las multitudes de soldados peleando.

Un minotaurios con el doble del tamaño de la castaña corría con rabia hacia ella blandiendo una gran espada. Lia le habia estado tirando flechas desde que lo vio acercarce a ella pero con la gran armadura que cargaba estás no parecían siquiera molestarle.

Entonces la chica arta tiro el arco y el aljaba aún con flechas a un lado y tomó ambas dagas de su cintura y al igual que la gran bestia, comenzó a correr hasta el.

Vio como su enemigo levanto el arma con tal de cortarle la cabeza pero ella sólo se arrodilló quedando a su espalda, haciendo que la espada de aquel minotauro sólo cortará aire sobre su cabeza. Encajó con furia en una de sus patas escuchando el quejido de la bestia, la chica volvió a ponerse de pie frente a el, pero antes de que logrará hacer algo está la tomó del hombro levantándole en el aire, Amelia aprovecho la ocasión para darle una patada en la cara que lo único que logró fue hacer que este girará la cara, en su distracción la joven encajó su última daga en el pecho que no cubría la armadura, al mismo tiempo una espada le atravesaba la espalda a la bestia que cayó a sus pies muerto. Amelia vio a Edmun que le había ayudado.

Así estuvieron peleando cuidandose las espaldas uno al otro pero el cansancio llenaba su cuerpo haciendo que sus músculos sean cada vez más débiles.

Amelia peleaba por que sus piernas y brazos no la traicionaran lanzaba sus dagas dando en sus enemigos y luego corría hacia ellas tomandolas de nuevo.

El miedo la atravesó viendo que aunque se defendían bien parecía que los enemigos no acababan. Vio a su lado a Peter pelear contra un ogro con todas las de ganar así que siguió peleando contra una arpia que la raspaba con sus afiladas alas.

-¡Edmun!- el grito de Peter resono llamando a su hermano menor -¡Son demasiados! Llevate a Amilia, busca a las chicas y llevalas a casa- a pesar de estar en medio de una batalla el chico pensó que esto era demasiado peligroso para ellos.

Veía como Lía se defendía con fuerza pero llegará el momento en que se canse o no esté prestando atención y no se perdonaría si algo le pasará.

La castaña no pensaba seguir órdenes de Peter, tal vez será un rey pronto pero ella no sigue órdenes de ningún hombre. Así que se quedaría peleando a su lado, aunque eso no le guste a el.

Parecía que Edmun tampoco quería irse y dejar a su hermano a media batalla solo; tampoco pensaba irse a ningún lado sin Amelia. Aunque el castor lo jalaba de la mano para que siguiera las indicaciones de su hermano mayor.

-¡Ya escucharon a Peter! Vamonos- le dijo el señor castor a el castaño, pero la vista de el estaba a lo lejos viendo a la joven Kirkle pelear con astucia rapidez y fuerza.

Sus ojos viajaron a su hermano a unos kilómetros de el, pero alcanzo a ver a la bruja blanca caminar con rabia con la vista puesta en el rubio, dispuesta a cumplir la profesia. Edmun se separo del castor sacando de nuevo su espada.

-Peter dijo que huyeras- le recarlco el castor.

-¡Peter aún no es el rey!- se defendió el corriendo dispuesto a pelear contra aquella bruja.

El joven llegó hasta ella pero tarde ya que la bruja lo había visto, así empezaron a pelear, Ed apenas esquivaba los ataques de su cetro evitando así el convertirse en piedra como las dispersas estatuas de lo que fueron arduos guerreros de Aslan, que sólo habían cometido el error de meterse en el camino de la horrible bruja blanca.