Sempiterno─《𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐡𝐫𝐨𝐧𝐢𝐜𝐥𝐞𝐬 𝐨𝐟 𝐍𝐚𝐫𝐧𝐢𝐚》

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La relación de Amelia y Edmun no podía ser mejor, los Pevensie se habían quedado sólo dos meses más después de su ida a Narnia en la casa de Amelia, ya que la guerra había acabado y podían regresar a casa, la despedida fue lo peor para la chica pues esta se había acostumbrado a la compañía de los chicos junto a ella, ahora decía sentir una solitaria sensación de abandono por toda la mansión.

Aún así siguieron con la comunicación via cartas de parte de los dos jóvenes enamorados, pues sólo podían verse cuando Lía iba al centro junto con la señorita Macready y se reunían en un punto previsto.

Amelia había dejado de recibir cartas de sus padres, mientras soldados volvían a sus casas con sus familias, Amelia esperaba al menos tener noticias de su padre o madre pero había pasado un mes sin recibir carta alguna de ellos. Temió lo peor pero su abuelo y sus amigos trataban de animarla distrayendola con cualquier actividad o incluso con la idea del regreso a clases.

La chica había convencido a su abuelo de cambiarla de colegio a donde iban las hermanas Pevensie, el colegio Hampton para señoritas era más ameno para las tres ya que Susan y Amelia solían compartir unas cuantas clases y se reunían con Lucy en la salida. Un beneficio más de haberse cambiado de colegio fue que así podría ver más a Edmun... y Peter claro, pues el colegio Hedon para caballeros estaba sólo al cruzar la calle, así cuando los chicos que eran los que usualmente salían antes de sus clases esperaban ahí mismo la salida de las chicas y juntos caminaban a la estación de trenes donde Amelia tomaba el primer tren hasta la estación más cercana a su casa, después los Pevensie tomaban el tren que le seguía a ese para llegar a su casa.

Así pues hoy fue un día relativamente normal para los cinco, Edmun junto a Peter esperaban a sus hermanas y novia recargados en una pared justo frente a la entrada del colegio de estas.

Ed hablaba con su hermano molesto sobre como había descubierto a un chico de su clase de literatura hablando de lo ardiente que era Amelia, este le empujó gritandole que no volviera a hablar asi de ella, ni que la viera, mucho menos que se le acercará.

Algo que odiaba Edmun muchísimo era que otros chicos se le acercarán, vean o hasta que respiren cerca de su chica. Si, podía ser extremadamente celoso, pero era porque el reconocía que su novia era sumamente hermosa a ojos de cualquiera, además conocía a aquellos chicos y nunca le agradó el como se expresan de las chicas de una manera tan vulgar, no permitiría que cualquier idiota hablará así de sus hermanas, mucho menos de su novia.

-¿Y luego que paso?- le preguntó su hermano mayor interesado.

-Luego llegó el profesor Martín a separarnos antes de que lo golpeara- bramo molesto el castaño.

-Suerte que no te pusieron algún reporte, o mamá estaría furiosa- le advirtió Peter. Después escucharon la campana de salida del colegio de las chicas, unos minutos después vieron tres cabezas castañas salir de ahí, estaban teniendo una conversación amena sobre cualquier cosa.

Edmun habia olvidado cualquier molestia al ver la sonrisa de Lía, pues para el ese momento en que la ve salir de su escuela y verla acercarce a el mientras cepillaba su cabello ese era el mejor momento del día. Y ahí estaba, Lía cruzaba la calle guardando su saco mal doblado en su mochila, ya se había deshecho la apretada trenza que la obligaban a usar en clase y ahora su cabello caía a su cintura con pequeñas ondas, Ed no sabía cómo la chica hacia para verse tan bien en un uniforme tan aburrido y sin chiste, que sólo constaba de una falda gris, camisa blanca, un saco color guinda y medias negras abajo de las rodillas.

-¡Hola chicos!- saludo Lucy alegre, hoy había sido un buen día.

-¿Qué hay de nuevo?- saludo a las tres Peter.