Capítulo 13

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Laura Slim

Lamentablemente sigo comiendo tierra y recibiendo botes de basura, debería estar agotada, cansada y sufriendo, después de todo estoy siendo agredida por mis iguales, menospreciada por ellas, pero nada de eso me importa ni siquiera un poco, no mientras siga obteniendo el puesto número uno en todo, pueden meter arañas en mi cama, cambiar mis shampoo por aceite y golpearme, pero al final del día sigo siendo mejor que ellas en los entrenamientos.

Justo ahora estamos formadas en línea recta bajo el sol que cubre el campo de entrenamiento, una al costado de la otra, todas vestidas de verde militar, todas observando lo mismo: tres trajes oficiales de color negro. Aquella misión que mencionó Ihsan se llevará a cabo en unos días, nadie sabe de que trata, pero obtener uno de esos trajes significa participar en ella.

—Todo sacrificio merece su recompensa y como saben tres de ustedes nos acompañarán en un operativo que haremos en las fronteras de Rumania —comunica la general.

El ambiente se percibe tenso, todas queremos lo mismo, hemos peleado por ello, pero pensé que la misión se haría aquí en Italia, de todos modos quiero ir. Maldición, no puedo pensar en otra cosa. He deseado esto desde que soy una niña, entrenaba en el patio de mi casa, iba a cursos de defensa personal, y clases de tiro. Cuando terminé este servicio de dos años iré a la universidad y estudiaré criminología. Solo debo trabajar duro.

—Laura... —Su mirada cae en mí—. Toma uno.

Mierda, sí. Intento disimular mi alegría mientras me acerco a tomar uno de los trajes tipo mono negro, y regreso a mi lugar.

—Jessica... —dice la general.

Mierda, no. Odio a esa cabrona, es la que lidera mí hostigamiento, ¿la razón? No lo sé, debe estar aburrida.

—Y Nicolasa. —La amiga de Jessica sonríe felizmente—. Tomen sus cosas, vístanse y vayan al edificio principal en 20 minutos. ¡Rompan fila!

De inmediato todas nos desordenamos y vamos de vuelta a las habitaciones, estoy muy ansiosa por ponerme el traje, así que apenas llegamos, me pongo junto a mi camarote y comienzo a quitarme la ropa de camuflaje, deslizó el pantalón verde militar por mis piernas y me deshago de la camiseta del mismo color.

—Lindo culo —dice Jessica pasando por mi lado—, ¿a quien se lo meneaste para tener un puesto en la misión?

—Vete al diablo, Jessica —suelto poniéndome el traje negro, que se siente como una segunda piel.

—Nicolasa y yo nos ganamos nuestros lugares, tú lo compraste —continúa.

Dios, que estresante, sigo vistiéndome ignorándola, no tiene sentido seguirle el juego, no opacara mi felicidad.

Para cuando estamos listas alguien viene por nosotras y nos lleva hacia el lado restringido de la academia, en donde están solo los de alto comando y sus superiores, al llegar observo las instalaciones tecnológicas con tal admiración que fuerzo mi boca a no abrirse demasiado.

—Traigo a las cadetes, las esperan dentro. —La persona que nos llevó hasta ahí se lo comunica a la secretaria.

La mujer de mediana edad nos observa a las tres, Jessica, Nicolasa y yo y luego nos permite el ingreso.

Entramos a una enorme sala llena de computadores y pantallas, esto debe ser "la sala de inteligencia" claro que lo vi por internet cuando era pequeña, se supone que aquí se planea todo, desde aquí envían las instrucciones y ordenes a los soldados en territorio. Ninguna de las personas de lugar nos da importancia, todos continúan con sus labores, pero a lo lejos veo a Ihsan y emprendo mi camino hacia él porque detesto estar rodeada de la presencia de Jessica.

Dulzura Disfrazada [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora