Capítulo 17

922 70 18
                                    

—HACE 5 AÑOS—

Elle Montaner

Era la hora de recreo en el colegio, tenía un muffin en la mano, pero no me lo podía comer, quería vomitar y tenía frío por culpa del invierno.

—¿Se dieron cuenta que el profesor de historia tenía mayonesa en la camisa? —Preguntó burlándose Odette.

—No lo noté —respondí despistada.

Estaba perdida mirando el cielo nublado solo pensando en lo sucedido hace unos días con Miguel, nuestra salida al cine, su beso robado y mi hermano matándolo por eso. La lluvia se llevó la sangre de las calles y mi hermano enterró su cuerpo en el bosque luego de eso, lo acompañé, me hizo cómplice.

—Asher ya vámonos por favor —supliqué mientras limpiaba la tierra de mis manos.

Lo jalé de su sudadera pero no se movió, él seguía cavando ese enorme hoyo, lo suficientemente grande para meter un cuerpo y lo suficientemente profundo para que nadie lo encontrara jamás.

—Vete primero, haré bien esto.

—Pero eso tardará horas, hace frío, no quiero que te resfríes.

Sus ojos verdes cayeron sobre mí al igual que pequeños copos de nieve. Su mirada nunca tuvo algún tipo de emoción, pero me gustaba recibirla, di dos pasos cerca de mi hermano y abracé su torso por detrás, apoyando mi mejilla en su omóplato.

—No quiero que tengas frío —dije—. Lamento que hayas hecho esto por mi culpa, pero... no hay nada que podamos hacer para ocultarlo, digámosle a mamá y entreguémonos a la policía.

El cuerpo inerte de Miguel aún tenía cierta vitalidad pues sólo habían pasado tres horas desde su apuñalamiento. No creí que subirlo al auto de Asher y traerlo al bosque hubiera sido buena idea, nos descubrirían tarde o temprano, pero estaba bien para mí porque quería asimilar la culpa.

—¿Por qué te entregarías tú? Yo lo maté.

—Sí pero fue por mi culpa, tenías razón nunca debí salir con él.

—Al menos ya lo sabes, es lo que quiero que entiendas, ¿qué harás cuando no me tengas para protegerte?

Lo abracé más fuerte, quería sentir el calor de su cuerpo y quería que él sintiera el mío.

—Siempre te tendré, no hablaré siquiera con otros chicos, lo juro. No me dejes nunca.

—Si me entrego entonces voy a tener que dejarte, nos van a separar, ¿comprendes por qué tenemos que enterrar el cuerpo?

Asentí con pesar y luego mi hermano me hizo a un lado y fue a arrastrar el cuerpo de Miguel hasta el hoyo, haciéndolo caer dentro en una posición incómoda.

—Ahora ayúdame a cubrirlo —pidió, empujando la tierra dentro de la fosa.

Me quedé un momento de pie sin moverme, pero luego pensé que Asher terminaría más rápido si yo lo ayudaba, así que me arrodillé a un lado y comencé a empujar la tierra también.

Mi mirada estaba fija en Miguel: su piel estaba pálida por la falta de vida, sus pestañas tenían agua de lluvia y sus labios que aún podía sentir presionados sobre los míos estaban secos.

Levanté mi mirada para ver a Asher.

—¿Qué se siente matar a alguien? —pregunté al ver su falta de culpa, aunque en realidad esta no me sorprendía.

Dulzura Disfrazada [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora